miércoles, 8 de julio de 2009

NOTICIAS Y CHISMES


Me he jugado el tipo –el tipo en toda la extensión que prefieran suponer-- por obtener una noticia; he vencido la impaciencia durante meses mientras la contrastaba, y recuerdo haber perdido una exclusiva después de un año inacabable de pesquisas, hallazgos, pistas falsas y vueltas atrás, al no poder aportar un documento que había tenido en las manos y, en última instancia, haberse negado a confirmar su existencia una de mis fuentes –casi siempre tan medrosas--, mientras yo agotaba todos los recursos de persuasión.

Primero confirmé la existencia del hecho como siempre, luego evalué si era un suceso de interés social y no un sucedido solo interesante para mi, después fui desenredando la madeja despojándola de adherencias divertidas y aún picantes pero sin relevancia general; fui comprobando la veracidad de los datos al tiempo que conseguía todas las pruebas... Menos una, apenas relevante pero que cerraba el círculo. Era el protocolo que yo me imponía cuando no existía el llamado “periodismo de investigación” y nadie llamaba a la puerta para darte una noticia.

Tuve, hasta hace unos años, testimonios de algunas de esas historias, publicadas en otros medios a traves de las agencias y algunas no era capaz de desentrañarlas porque estaban en japonés y alguna en mandarín. Tuve amenazas e intentos de soborno, ofertas de negocios fáciles y hasta súbitos “enamoramientos” de chicas estupendas dispuestas a liberarme, en alguna ocasión, incluso del yugo del trabajo. Pero no tuve que responder nunca ante la Ley ni ante mi mismo. Ante la primera porque no dejaba ningun cabo suelto. Y ante mi conciencia, no por virtud, ni por estrechez moral, ni por rectitud ética, ni por inapetencia de los suculentos manjares que me ofrecían, sino porque si una sola vez muerdes la manzana del Edén es mejor que te dediques a otra cosa, si no quieres que la mancha se extienda como el aceite.

Claro que todas esas sagradas cautelas enderezadas al respeto de la “parroquia”, no tienen ningún sentido cuando se cultiva el chiste y se negocia con el chisme. Ese género dudoso, que se inició en los periodicos con bastante dignidad y mucho humor de la mano de Elsa Maxwell en Estados Unidos y en Europa con “Les poitins de la comère” de Carmen Tessier en “France Soir”, ha desaparecido de ellos y parasitado la TV sin el ropaje de la discrecion y del decoro, para contar “noticias” tan atractivas como los polvos que echaron en una noche Paquirrín y su acompañante, o grabar la felación de Ana Obregón en el coche de su novio “nuevo”. Que trabajo, San Dios. No se presenten como periodistas.


www.dariovidal.com

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