Decía hace unos días que el PP se ha quedado sin candidato. La anoxia ha asfixiado a Mariano Rajoy.
A un lider de la oposición no le basta con gritar “¡Y tú más!”. Un lider de la oposición ha de hacer propuestas, tener imaginación, comunicar confianza y poseer coraje. Un guía –no sé por qué hemos de decir “lider” los “snob” (otra que tal) de los periodistas-- tiene que sumar decisión a la reflexión y, sobre todo, tener reflejos.
Tal vez desde Felipe González –aunque resultase la cosa como resultó--, no hemos tenido un “seductor” en el Gobierno. Aznar, que fue en general un buen gestor, era un personaje antipático, intemperante, soberbio y tridentino; el pobre Zapatero es un puro vacío desnortado que quiere ser otro: primero González y Obama después. Y el gastado aspirante Rajoy está sumido en la perpetua disyuntiva hamletiana, mientras mantiene alejados a críticos valiosos como Alejo Vidal-Quadras en Cataluña y sacrifica a símbolos valiosos de probada lealtad y eficacia como María San Gil en el País Vasco.
Pero he ahí que, cuando, sucumbiendo a las pequeñas intrigas de palacio, tala los árboles que podían darle sombra para no compartir el sol con ellos, le crecen impensadamente los enanos. Y se anuncia un largo viacrucis de imprevisible desenlace hasta las próximas elecciones generales
en que el caso Gürtel va a dar muchas sorpresas, aunque alguien piense que la inmolación del doncel Ricardo Costa basta para desviar la atención de su protector Francisco Camps. El litoral mediterráneo está en quiebra desde Valencia a Cataluña por no hablar de la cabeza de puente balear. Y el valenciano, con olfato concorde a su fina estampa bereber, sabe ya que hay moros en la costa aunque no quiera desasirse del remo.
Rajoy y Camps se observan recelosos, y el segundo no se atrave a hablar porque no sabe ya a quien representa, mientras que el primero no se ha apeado aún del desconcieto. Y entre tanto se deslía la madeja, el anterior mandatario balear Jaume Matas, actalmente residente en Nueva York, ha sido imputado por el escandaloso desvío presupuestario del velódromo Palma Arena, proyectado por el arquitecto holandés Sander Douma, que en dos años ha pasado de 48 a 110 millones de euros sin que mediara ningún expediente de contrato y vulnerando así el procedimiento administrativo.
Y, para que no decaiga, la desairada ex-candidata a la presidencia del PP en Cataluña, Monserrat Nebrera, presenta su libro “En defensa propia”, para destapar las plurales ataduras y las contradicciones de Rajoy, un hombre sin poder en el ojo del huracán. Dios salve al PP.
Darío Vidal
19/10/2009
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