domingo, 7 de marzo de 2010

Telefonía y Telefónica


Cuando al salir de la hacienda opulenta por cuya vereda cruje mansa la gravilla bajo los suaves neumáticos, hemos adormecido la conciencia y enmascarado la realidad con el sabor de las viandas, el perfume del licor y el aroma del habano, mas ha roto la ilusión del momento perfecto la imágen del caballista macilento que lleva a pasear por entre los setos a las bestias, más valiosas que él, haciendo por no hacerse ver para que nadie descubra la miseria que sustenta el blanco mantel de encaje, manchado de whisky y descuidada ceniza de tabaco.

En algún rincón de Europa, el abuso no es tan ostentoso. Pero siempre asoma la garra del depredador o la telaraña sutil del explotador en cada uno de los campamentos de los hombres. Nuestra cultura popular, acaso iletrada pero tan sabia, advierte a los incautos de las zancadillas arteras de la “letra menuda”, de la que antes se valían los tratantes y usureros sin escrúpulos de conciencia y que utilizan ahora sin empacho, notarios probos, honorables abogados, respetables empresarios y honestos ciudadanos de comunión diaria, que los hay.

Es cierto que en estos casos, los moralistas pueden apelar a una cierta “restricción mental” alegando que solo se engaña a aquellos que se dejan engañar. Pero díganme si conocen a alguien que pretenda pagar más dinero, que desee que le dejen sin casa, o que renuncie a los pagos que ha efectuado.

Por supuesto que cuando alguien ha aprendido las cuatro reglas y a utilizar la ortografía –¡ah, la torcida inclinación de las comas negligentes o mañosas!-- ya no es responsable de que le engañen los mas listos; no habrá nadie mas responsable que él por no leer, ni será inocente de estampar su firma influido por el falso prestigio de la honorabilidad de la Compañía, como es nuestro caso. Pero la empresa nos habrá engañado como los trileros y los timadores de la lástima.

Hay, sin embargo, una cierta disculpa para los trileros y malandrines: ellos no rehuyen discutir, razonar y hablar aunque mientan, en tanto que las Organizaciones se escudan en el silencio, y de modo mas escandaloso y necio, aquella que funda su razón de ser en la comunicación por la palabra, la que llamábamos antes Compañía Telefónica Nacional de España, y ahora más genéricamente “Telefónica”.

Tuve que darme de baja de esta benemérita institución por cobrarme varias veces la misma factura (tengo “papeles”), y ahora habré de hacerlo porque además de facturarme lo que antes en dos meses por uno sólo desde que contraté la tarifa plana, ahora la tercera parte de los días no me funciona el ADSL y por tanto el ordenador. Eso contando con que las tarifas son el doble que las europeas y las instalaciones están como están.

Darío Vidal
07/03/2010

1 comentario:

  1. Hola, soy empleada de Telefonica y trabajo en el Centro de Atención al Cliente de Telefonica.es. Siento mucho la incidencia que está teniendo en nuestros servicios y los trastornos que esto le ocasiona. Podemos ayudarle, pero necesitamos sus datos. Si lo prefiere, también puede enviarnos su consulta a través de nuestro formulario de atención.Estaremos encantados de ayudarle y no lo dude, le informaremos.

    https://www.telefonicaonline.com/on/es/quest/formularios/form-contacto/index.html?v_procede=homeAT01&ow=AT010008

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