martes, 2 de noviembre de 2010

Taurófilos republicanos


Los animalistas, proteccionistas y conservacionistas de “Esquerra Republicana de Catalunya” han llevado su testimonio antitaurino hasta la pura contradicción. La han llevado a tal punto, que es difícil entender que su audaz operación se halle inspirada en el amor a los animales.

Para empezar, es difícil entender que los herederos de “Terra Lliure”, los que mataron adhiriéndo una bomba en el corazón a José María Bultó (creador de las motos “Bultaco” y descendiente de Sete Gibernau), los que asesinaron al alcalde de Barcelona Joaquin Viola y su esposa, y los que dejaron herido al pie de un árbol al periodista Federico Jiménez Losantos, sean menos sensibles a las torturas y a la pérdida de aquellas vidas humanas entonces, que al padecimiento de los animales ahora.

Mas la vida da muchas vueltas, también para Carles Sastre.

Pero voy a contarles la historia de ese súbito amor “als bous”. En una dehesa del Baix Ebre, el ganadero tortosino Rogelio Martí descubrió abiertos los corrales, francos los apartaderos de algunas dependencias y la plaza de tientas, con los becerros mezclados con los novillos, y los añojos con algunos cuatreños de cria, muy bravos, agresivos, pugnaces entre ellos, peligrosos, y susceptibles de herirse, matarse o desgraciarse, dispersos entre las vacas, que habían tenido que caminar no poca distancia para agruparlas.

La vacada estaba dispersa, agitada, inquieta, nerviosa y estresada, con signos de que algunas reses podían haber sido agredidas por otras, o maltratadas, trasteadas o toreadas por los hombres, con el riesgo de resabio de unos animales que han de ser lidiados, soltados en los “correbous” o corridos en los encierros.

Pero además los pobres animales estaban cubiertos de pintura que en el mejor de los casos es solamente tóxica, y en el peor irritante, urticante, venenosa, corrosiva y capaz de provocar quemazón, heridas y erosiones en el pelo y en la piel.

También las dependencias habían sido saqueadas, los vasos y botellas rotos, y la pequeñísima cantina devastada. Había sido realmente un asalto, un ataque en toda regla. Y el ganadero no tenía explicaciones para una agresión en descampado, con alevosía, premeditación y nocturnidad.

Pero otras pinturas le sacaron del desconcierto y el estupor del primer momento. Y se disipó la inicial sorpresa. Estaba todo lleno de inscripciones y ademas llevaba firma. Las nocturnas Juventudes de Esquerra Republicana de Catalunya llamaba a Rogelio Marín y a sus peones “Torturadores” ¡ Y “Asesinos”!



Darío Vidal
02/11/2010



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