martes, 11 de enero de 2011

Engañabobos


El ofrecimiento enésimo de tregua por parte de la ETA, no es ya ni una trampa. Porque para sucumbir al señuelo es preciso engañar a alguien. Y la gente tiene memoria aunque a veces parezca dispuesta a comulgar con ruedas de molino.

Por si no bastasen los engaños reiterados y el actual “proceso de rearme” de la banda, ahí está la manifestación amenazante del día en que se formuló la propuesta de tregua, que contradice todas las declaraciones unilaterales de buenos propósitos. Lo mismo que la oferta de diálogo de un puñado de pandilleros vestidos de criminal, emascarados con capucha negra y emblemas intimidatorios de hachas y serpientes, que aluden inequívocamente al ataque taimado y sigiloso de una alimaña venenosa. Y aunque no fuese así ¿cómo creer en la palabra de un delincuente?

Pero sobre todo, aunque la sangre esté aún demasiado fresca para reír, la puesta en escena del macabro espectáculo de ayer mueve a la carcajada. ¿Cómo puede un grupo de adultos comparecer vestido de “malo”? ¿Cómo tomar en serio a personas tan inmaduras e infantiles? ¿Por qué se ponen en ridículo para asustar disfrazados de criminales, aunque sea lo único en que no mienten? Ni los niños se dejan intimidar ya por el “coco”, el “papu” o el “totón”. Estos rufianes se hallan tan fuera de su época que los muchachos de este tiempo se desternillan con las películas de miedo y los cuentos de vampiros y terror. No asustan por el hábito sino que asquean porque matan. El atuendo es, precisamente, lo que pone unas gotas de humor en estas convocatorias de amenaza.

Ahora, esperemos que Zapatero y Rubalcaba mantengan una actitud digna no solo porque se la exija Sarkozy, y no vacilen ante las propuestas de los meritorios premios Nobel bienpensantes, contumaces y recalcitrantes que suelen pedir una nueva oportunidad como el bienaventurado Pérez Esquivel que fue la rechufla misma de esta secta despiadada.

Aunque ZP, amagando con su habitual fiereza --o más modestamente con cierta firmeza relajada--, utiliza el “enérgico” discurso haciendo guiños a la izquierda abertzale, que tal vez podría redimirse si su franquicia etarra manifestase en alta voz que abjura del terrorismo, de sus pompas y sus fastos, aunque no entregase las armas, porque tampoco se trata de ser puntillosos por pistola de mas o bomba de menos, si los chicos aseguran que no lo harán más. Aunque habitualmente aprovechan esos respiros para rearmarse.

Tiene su aquél que, hoy por hoy, la reacción decidida del PNV de Íñigo Urkullu pueda ser garante de la tansparencia del Gobierno, aunque la ETA no entregue las armas, ni pida perdón, ni asuma sus culpas – indemnizaciones incluídas-- abortando “un proceso pactado” como teme Jaime Mayor Oreja.

La política ayuntada con el crimen genera monstruos


Darío Vidal
11/01/2011


No hay comentarios:

Publicar un comentario