sábado, 15 de agosto de 2009

LA GRIPE INNOMBRABLE


Podría decirse, parafraseando una cita de la historia reciente, que nunca tan pocos hicieron tanto daño a tantos. Jamas dos personajes dieron tanta ocasión para comparecer ante un tribunal internacional de crímenes de guerra y contra los Derechos Humanos. Pero pocas veces la Humanidad se sentirá tan burlada.
Son el patético “augusto” y el payaso de la más burda y sangrienta astracanada representada en la última década. Pero su funesta influencia sobre nuestras vidas no se ha extinguido con la embustera y falaz guerra de liberación de Iraq, pringada de petròleo virgen, con el pretexto de unas “armas de destrucción masiva” que Sadam Huseín no poseía y que ellos utilizaron. Ni con la turbia campaña de ocupación de Afganistàn para limpiarlo del integrismo fanático de los talibanes.
Ambas confusas acciones, como las precedentes de Corea y Vietnam, no resolvieron ningún conflicto ni dieron la victoria a la Razón, que es lo de menos, pero originaron ríos de sangre; sirvieron para experimentar, y enriquecieron mucho más a los fabricantes de armamento.
Es verdad que no tuvieron parte entonces en las guerras de Corea y Vietnam, pero son responsables de los daños originados con la campaña sanitaria contra la “Gripe Aviar” --¿la recuerdan?-- y lo serán de los que causen con su alarma --que es de lo que viven--, con el actual brote de una presunta dolencia de la que estan tan covencidos que le han cambiado tres veces de nombre: primero se llamó “Gripe Porcina”, pero como en toda la cabaña mundial no se produjo un caso ni una muerte, le llamaron a renglón seguido “Nueva Gripe” pero vieron que eso les cerraba el paso al mercado del futuro y a los pocos meses la denominaron “Gripe A”. Eso sí, con la aquiescencia siempre de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que nos debería proteger, en lugar de autorizar vacunas que aún no existen pero que ya comercializan los laboratorios “Roche” y “Gilead Sciences” de la que Donald Rumsfeld era director general cuando su amigo Bush lo nombró Secretario de Defensa acabando de comercializar el “Tamiflú” para la Gripe Aviar, que ahora dan como válida para tratar la Gripe A, hasta que le cambien el nombre, que es más cómodo y más barato que investigar.
Este siniestro binomio de “destrucción masiva” está integrado por Donald Rumsfeld, al que El Retrato de Dorian Gray devolvería la imagen de maldad que ha ido cosechando a lo largo de su vida, y George Bush jr., al que el espejo no podría devolver más que el abismo insondable del vacío, El vacío necesario para dar cabida a la infamia de su socio, según la doctrina taoista.

Darío Vidal
15/08/2009

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