viernes, 31 de julio de 2009

REGALAR O ROBAR LA VIDA



Acaba de realizarse en España el primer trasplante cruzado de riñon, consistente en intercambiar un receptor incompatible con el donante vivo de un órgano, con el donante vivo y el receptor incompatible de otra pareja –carnal, sentimental, paterno-filial o familiar-- para que prendan los injertos.

Pensaba referirme a esa sublime demostación de amor que permite ofrecer, donar, regalar y obsequiar con parte de un cuerpo sano --con un órgano propio-- a otra persona para que siga viva. Era como elevar una plegaria de gratitud por esa gente buena, abnegada y generosa que vive entre nosotros sin alardear de ello y huyendo de la publicidad, para que ese gesto de altruismo y entrega no se emponzoñe con la actividad de especuladores, traficantes y mercaderes que lo convertirían en basura moral, como esta sucediendo en algún paraje de Africa y de Estados Unidos.

Estaba en eso, digo, cuando la deflagración de 300 kilos de explosivo, probablemente de potentísimo amonitol, nos ha devuelto a la realidad más sombría. Una furgoneta blanca, doblada con las placas de matrícula de un conocido frutero local para no despertar sospechas, estalló a las cuatro de la madrugada del 29 de julio bajo una casa-cuartel de la Guardia Civil de Burgos, dejando un cráter de siete metros por dos de profundidad. Pero las 114 personas que dormían, entre ellos dos mujeres embarazadas y varios niños, resultaron prácticamente ilesos, porque los 64 heridos, todos leves, fueron dados de alta a las pocas horas. Milagrosamente no hubo muertos, pese a que el estallido dio de lleno en el ala de dormitorios que perdió las fachadas como muestran las fotografías. Mas solo unas horas después del “fracaso” –el día 30-- para que no nos hagamos ilusiones sobre la debilidad de la banda de forajidos euskaldunes, dos jóvenes guardias civiles hallaban la muerte en Palma de Mallorca mediante un dispositivo explosivo adosado a los bajos de un automóvil del Cuerpo -no se sabe aún si accionado por temporizador o si por un mando a distancia- para conmemorar los cincuenta años de vida de esa máquina de muerte alumbrada en un seminario.

Vamos a aceptar que el gobierno actual negociara de buena fe con los asesinos después de la humillación de González y de Aznar. Pero lo malo es que reincidiese después del propio tropiezo, con un empecinamiento autista, y volviera a darles voz, subvenciones, escaños y poder para seguir matando. La voz del presidente no sonaba ya con la contundencia y la determinación de las condenas de ayer. Su voluntad comienza a flaquear y es previsible una recidiva de sus crisis de gastroenteritis. Mientras lo que falta es firmeza, cortar la financiación y almacenar en la cárcel a los malhechores. Lo más dificil va a ser descontaminar las “ikastolas”.

www.dariovidal.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario