viernes, 20 de noviembre de 2009

La bandera de España





Este país nuestro sobrevive por pura inercia. Es solo una factoría de palabras. Mas el puesto de mando está deshabitado. Y nadie sabe qué hacer.

Sin embargo la culpa la tenemos nosotros. Antes hablábamos de fatalidad e infortunio, pero ahora votamos y al parecer elegimos. Aunque solo nos manifestemos una vez cada 1460 días, la responsabilidad vuelve a estar en nuestras manos. Poco más o menos, porque en el Continente nadie nos ha pedido el voto para que Herman Van Rompuy sea desde ayer el nuevo presidente de Europa, ni opinión sobre si la baronesa lady Catherine Ashton reune condiciones para ser una eficaz ministra de Acción Exterior. Pero qué vamos a hacer: por lo visto eso son cosas de la reciente Democracia.

Ahora habrá que ver si la nueva responsable de Asuntos Esteriores de la Unión más desunida del mundo –que es inglesa y los ingleses no son de este mundo-- cohesiona al Continente con la misma determinación que a España e Inglaterra mientras esta nos escupe a la cara en casa. Y no estoy refiriéndome al viejo contencioso del Peñón, sino a las reiteradas y graves provocaciones que están protagonizando estos días en la bahía de Algeciras, sobre las que no incidiremos nuevamente.

No se adónde vamos a parar pero pienso que muy lejos. Porque una cosa es la bravuconería y la amenaza, o otra muy distinta la dignidad y la defensa proporcionada de sí mismo. Más el pobre Zapatero, timorato, menguado, pusilánime y follón, recula para no enfrentarse y perder. Vean ustedes. No acaba de rescatarse el “Alakrana” tras cuarenta y siete días de cautividad y vejaciones, y otro atunero vasco ha estado ya en un tris de ser capturado por otra panga pirata. Porque Moratinos y Chacón son una cesta de Navidad.

El abuelo de un atacante del primero --uno de los ocho que se han casado con el producto del botín--, manifestaba ayer que en esta operación han obtenido los chicos más de lo que habrían ganado en toda una vida de trabajo. ¿No es eso lo que queremos también nosotros en esta sociedad de la mordida, el pufo y el blanquéo? Y no pertenecemos a iletradas tribus animistas sino a piadosas sociedades cristianas posindustriales con gran poso de Historia, aunque no nos dé la gana aprenderla en las escuelas y así nos va.

De modo que mientras Zapatero apoyaba la candidatura de Lady Ashton en Bruselas con un lirio en la mano, la Guardia Civil descubría a la Royal Navy haciendo ejercicios de tiro sobre una bandera española fijada a una boya a siete millas de Gibraltar.

Habrá que estar atentos al Estrecho porque los piratas somalíes tienen los abogados en Inglaterra, pero los piratas ingleses ya no trabajan en el Caribe sino en Gibraltar. Hemos vuelto al XVIII.

Darío Vidal
20/11/2009

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