lunes, 30 de noviembre de 2009

Mohamed y Moratinos


Al abúlico, tardo y errático titular español de Exteriores se le acumula el trabajo. Lo natural, cuando se aspira a que los problemas se resuelvan solos. La diligencia no es lo suyo. Menos aún la anticipación y la discreta cautela de prevenir.

Le sucede con todo: lo mismo con el “Alakrana” secuestrado por piratas somalíes en el Índico, como con la activista saharaui Aminetu Haidar que sigue en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote porque la policía de Mohamed VI le ha retirado el pasaporte, o con los cooperantes catalanes desaparecidos hace unas horas en Mauritania.

Pero lo más previsible fue el conflicto de la “Ghandi Saharaui” con la policía marroquí. Y Aminetu se duele de que las autoridades españolas en cuyo territorio permanece, no se han puesto en contacto ni interesado por ella hasta el día catorce de su huelga de hambre, fecha en que Miguel Angel Moratinos, acuciado por la reacción popular ha prometido dar solución a su problema enviándole un propio. Pero “el recadito a la oreja” del mandado del Ministro no resulta aceptable para una persona que se respete, cuando ha sido expulsada de su tierra por un ejército acupante. No quiere volver a casa --o no poder hacerlo-- como extranjera, porque eso deslegitimaría su lucha, su ejemplo y su testimonio.

Mas la diplomacia española le ha ofrecido la nacionalidad, que es un obsequio envenenado que le inhabilitaría para reivindicar los derechos de su pueblo saharaui ocupado por Marruecos. No se sabe si esa solución está inspirada por la cortedad, la pereza mental o la perfidia. Porque ella solo aspira a regresar con los suyos en la calidad en que salió hace unas fechas para recoger en Nueva York el premio que le habían concedido, sin darle armas a la policía alauí.

Y ahí es donde Exteriores va a tener que enfrentarse a la realidad. España, garante de la libertad del Sahara por mandato de la ONU, habrá de desbloquear la postura de Marruecos, ocupante ilegítimo del Sahara.

Entre tanto, la opinión internacional se ha apiñado en torno a esta mujer roqueñamente frágil y valerosa, dispuesta a inmolarse por su pueblo, y está tomando posiciones contra el prestigioso Reino de Marruecos y contra esta España desvalida, inerte y desnortada que, si es preciso, oficia de acólito de los moros del sur.

Los que se reían del despliegue por Isla Perejil, callan ante la actual indignidad. Así es que vayan preparándose para una nueva victoria zapatera y un estrepitoso éxito de la diplomacia española guiada por la mano sutil de Moratinos.


Darío Vidal
30/11/2009

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