Dicen que por Grecia llega el lobo. Las bolsas se han retraído porque Papandreu ha enmascarado otra vez el nivel de su deuda y el euro ha caido. Portugal, Irlanda y España se hallan en la “border-line” de la credibilidad. Respecto a España no sería exagerado hablar de milagro. Pero milagro de que el sistema no haya colapsado ya.
Cada tres personas que producen --que son “productores” como gustaba llamar a los trabajadores el franquismo-- lo hacen para que sobrevivan otras siete personas y el PIB se sustentaba fundamentalmente en el ladrillo. La hipertrofia del funcionariado, las Autonomías que parasitan y engordan, la administración central que ha duplicado irresponsablemente su volúmen en solo un par de años, una presión tributaria que cae como una losa sobre los asalarios y pequeños empresarios, la negativa a adoptar medidas dolorosas con los obreros y una cirujía implacable con el capital, que nadie quiere acometer, unos sindicatos adormecidos y subvencionados como los partidos políticos, y el lujo de los gobiernos regionales, dibujan un paisaje cataclísmico.
Si añadimos a esa tesitura un gasto desbocado del Gobierno de la nación y un comportamiento suicida de Zapatero que sigue prometiendo, ofreciendo y dilapidando, cuando estamos ya en números rojos, el futuro no puede presentarse más funesto y sombrío. ¿Haría eso con su propio peculio? Si no hubiera dado pruebas suficientes de su falta de patriotismo, de su obcecacion y de su irresponsabilidad, esta actitud sería suficiente para certificarlas.
Darío Vidal
24/04/2010
Cada tres personas que producen --que son “productores” como gustaba llamar a los trabajadores el franquismo-- lo hacen para que sobrevivan otras siete personas y el PIB se sustentaba fundamentalmente en el ladrillo. La hipertrofia del funcionariado, las Autonomías que parasitan y engordan, la administración central que ha duplicado irresponsablemente su volúmen en solo un par de años, una presión tributaria que cae como una losa sobre los asalarios y pequeños empresarios, la negativa a adoptar medidas dolorosas con los obreros y una cirujía implacable con el capital, que nadie quiere acometer, unos sindicatos adormecidos y subvencionados como los partidos políticos, y el lujo de los gobiernos regionales, dibujan un paisaje cataclísmico.
Si añadimos a esa tesitura un gasto desbocado del Gobierno de la nación y un comportamiento suicida de Zapatero que sigue prometiendo, ofreciendo y dilapidando, cuando estamos ya en números rojos, el futuro no puede presentarse más funesto y sombrío. ¿Haría eso con su propio peculio? Si no hubiera dado pruebas suficientes de su falta de patriotismo, de su obcecacion y de su irresponsabilidad, esta actitud sería suficiente para certificarlas.
Darío Vidal
24/04/2010
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