jueves, 29 de abril de 2010

Rogativas


Ante la falta de iniciativas, la carencia de propuestas, la parálisis del ejecutivo, la exhibición de incompetencia y la precipitación en el vacío de los náufragos de España desahuciados por la Standard & Poor's, propondría al boss Zapatero que alejase de sí por algún tiempo la tentación del agnosticismo testimonial y militante y se aplicase la experiencia del Desayuno Nacional de Oración del 4 de febrero de 2010 con Barak Obama y la ultraconservadora “The Family”, que la inefable Leire Pajín calificó de “encuentro interplanetario entre dos líderes progresistas”

La “Family”, la mayor parte de cuyos socios permanece en el secreto más absoluto como una suerte de blanco “Ku Klux Klan”, reza todos los años por los EE.UU --de modo que Zapatero se ha salido del mapa--, abomina del aborto, defiende la pena de muerte y ostenta una ideología que seguramente no comparte el presidente “in péctore” de la República Española. Pero Paris bien vale una misa, Y una foto con el líder del Planeta, después de haber sido castigado en tiempos de Busch por su desaire a la bandera de las barras y las estrellas, justifica la retractación, el fingimiento y la apostasía si creyera en algo.

Por eso le propondría al señor Zapatero que, obviando los naturales reparos y las minucias de poco más o menos, organizase unas rogativas para impetrar al Cielo el apoyo de la Católica España amenazada con la ruina. Al fin y al cabo, los Evangélicos son cristianos como los Católitos. Y además ¿qué diferencia hay si se trata de una causa justa?

Unas rogativas durante un novenario con sus invocaciones, su santo rosario, sus padrenuestros, avemarías y glorias, el colofón de la letanía y su hipnótico y dulce olor a incienso por todas las ciudades, pueblos y caminos, con los secretarios generales al frente. “Cristo, ten piedad; Señor, ten piedad; Cristo, ten piedad; Señor, ten piedad...”

No digan que no sería edificante.

En los casos de fuerza mayor, cuando el conflicto nos rebasa y ya no sabemos qué hacer, hay que rebajar las ínfulas y allanar la soberbia. Si hemos orado ante Obama por los EE.UU, que no van con nosotros en el fondo, no seamos remisos en impetrar la ayuda del Cielo cuando usted no sabe qué hacer.

Tal vez algunos me consideren un cínico, don José Luís, pero en el caso de que no encontremos mejoría, al menos nada habremos perdido. Y usted perdone, que no quería ofender.


Darío Vidal
30/04/2010

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