jueves, 1 de julio de 2010

Nobleza obliga, Serlúis


Ludovico pillastrón,

Luisillo el de los favores,

Serlúis el de la nobleza,

oteador de follones;

consentido galopín,

pícaro de picardías,

mulatillo ventajista,

trilero astuto, garduño;

tahúr, buscavidas, gafe

(gafe ajeno que es lo lindo)

y muñidor de ocasiones,

--¡por no hablar ya de mayores!--:

Repara en que la nobleza

a ser noble más te obliga,

y es feo que si te exigen

secundar al “safety car”,

te des al diablo corriendo,

como no lo haría un truhán,

y te des a los demonios

por no dejarte alcalzar.

Se te da un güevo moreno,

como a tu astuto papá,

que Kovalainen y Webber

se queden en el “paddok”

desangrándose entre hierros,

o volando al Cielo ya.

El caso es burlar la norma

y escaparse del “drive through”

y poner tierra por medio

o alejerse del “pitt lane”.

Mas así no serás, Niño,

ni caballero ni Sir

aunque lo afirme la Reina

de la Británica grey,

sino remedo y hechura

del Draque y del Guatarral,

sub-acólito de Morgan

y estantigua de Satán.


Darío Vidal

27/06/2010

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