jueves, 21 de octubre de 2010

El "Valido"


Veníamos de tiempos de héroes, de paladines y de caudillos. Pero al adelgazarse el perfil de los príncipes y descender su nivel de exigencia, se quedaron sin otro proyecto que el de sobrevivir.

Aquellos picaflores, inútiles y desvalidos tuvieron la tentación de nombrar un “sosias” para todo, un Valido que les hicise el trabajo. Y ahí estamos: Rodriguez ha delegado en Pérez para recibir la ovación que le aguarda al término de su mandato, despues de su desfile decididamente cangrejuno y transversal, para no toparse ni verse compometido con la exigencia de resolver ningún problema. Una situación de la que huye Rajoy el veraneante, como de un mal pensamiento, esperando ver pasar el cadaver del rival sosegadamente arrebujado en su chilaba.

Ahora le queda a Zapatero sólo la escollera del Valido para distraer a “la ciudadanía” --como gusta decir--, y organizar los revuelos que desvíen las miradas de los atónitos ciudadanos, desconcertados porque cuando buscan trabajo les hablan de la necesidad de abortar; si deploran la merma de sus salarios les consuelan con que incrementan los de sus laboriosos diputados –como pronto los europeos--, y puestos a criticar la anemia de contenidos escolares, argumentan que la ministra Aido, que se a ido ayer feliz aunque tardíamente del Gobierno, ha editado manuales para que los preadolescentes aprendan a masturbarse con mas aprovechamiento.

El Valido, inspirador del triunfo del 11-M, protagonista del tenebroso asunto de los “Gal”, gestor de las escuchas telefónicas clandestinas, mentor del último Garzón, pasteleador del caso Faisán y escandaloso condecorador de jueces vendados y de policías que le han servido obscenamente, ha podido con Pepiño Blanco, contra María Teresa Fernández de la Vega, a la que todo el mundo reconoce como persona honesta, leal, escrupulosa y de ejemplar laboriosidad aunque no fuera devota de la Prensa, que siempre le parecía demasiado díscola y crítica. (Sólo los que llevamos algún tiempo en el oficio sabemos que los años adelgazan la tolerancia de los políticos)

Pero nunca se ha podido acusar de ingenuo ni de lerdo a un Valido como el que acaba de nombrar, precisamente para ministro de Trabajo, a un huelguista como Valeriano Gomez. Al revés de lo que podría suponerse del mediocre, perezoso, funesto y al fin defenestrado Moratinos, tal vez incapaz de hacer mal pero poco inclinado a hacer el bien, sobre todo si requiere algún esfuerzo o exige pensar. De modo que alguien estará ahora tentándose los machos para no marrar el pronóstico y acertar si el factotum es un tapado, un precursor, un ayudador o un heredero.



Darío Vidal
21/10/2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario