martes, 15 de marzo de 2011

Imitar la pesadilla


“Mas alla de la vida” (“Hereafter”), la película dirigida por Clint Eastwood que se desarrollaba durante un imaginario tsunami en Tokio y estos días se hallaba en cartelera a lo ancho de todo el archipiélago, ha sido retirada por Saturo Otani, responsable comercial de la distribuidora Warner Entertainment Japan Inc. al no considerarla propia ni adecuada para los momentos que atraviesa el país sin hurgar en la conciencia de la gente que ve huir a Naomi Watts alejando a una niña en peligro.

Hay momentos en que la oportunidad sopla de popa y constitute el mejor reclamo de un proyecto. Pero esta oportunidad “inoportuna” ha sido un tropezón para las expectativas del realizador estadounidense. Aunque podría ser que el morbo de presenciar un “tsunami” en primera fila y planos cortos, mientras se percibe salpicar el agua en la butaca confortable y climatizada, constituya una tentación irresistible para otros cinéfilos “voyeurs” a salvo del peligro y la tragadia.

El cine no compromete con el sufrimiento ni con la vida. Si el dolor resulta insufrible o simplemete incómodo, se pulsa una tecla o se abandona la sala de proyecciones sollozando dulcemente. Y además evita acudir en auxilio del personaje porque se trata solo de una ficción. Otra productora tuvo que cancelar hace unos años la proyeccion de una ficción que explicaba con todo lujo de detalles la tragedia del World Trade Center, las Torres Gemelas de Nueva York, cuando se desató una acción profética.

Parece ser cierto que “la realidad imita al arte” aunque al guionista de “Hereafter” le hubiera parecido excesivo que el terremoto fuera de 9 grados; que habiese estado replicándose casi doscientas veces en el fin de semana; que se hubiese asociado a un tsunami; que las olas hubiesen averiado unas centrales nucleares próximas; que hubiesen dañado los sistemas de refrigeracion y fundido dos de los núcleos; que hubiese hecho erupción un volcan; que existiese peligro de que colapsase otra instalacion atómica; que los geólogos vaticinasen otra vez graves desplazamientos de las placas tectónicas bajo el mar, y que el primer ministro Naoto Kan, evocara en público al fin de la Guerra y la pesadilla de Hiroshima y Nagasaki.

Lo angustioso es que dista mucho para que retorne la calma el Mar del Japón.

D.V.



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