sábado, 28 de mayo de 2011

Los "indignados" de Mayo


Carme Chacón ha caído víctima de la daga siciliana de Rubalcaba el emponzoñador. Yo le auguraba un futuro mas dilatado aunque no confiaba en su supervivencia después de insinuar tácitamente que esperaba suceder a Zapatero. Pero pensaba que el vicepresidente primero apelaría al tósigo, la pócima o el veneno. No suponía que se precipitasen así los acontecimientos y El Pretendiente hubiese de recurrir a la muerte súbita, que no puede ocultar el rastro de la sangre. Aunque su partido no está para sutilezas a estas alturas, ni ha tenido tiempo de escuchar a sus votantes, reflexionar sobre la situación política, ni aprender la lección de los congregados en Sol, que han gritado hasta la afonía lo que los españoles esperan de un un buen gobierno.

Pero ni tirios ni troyanos quisieron reconocer las voces del pueblo como hubieran dicho en otro tiempo. Porque esta acción acaso irregular tenía que aparecer también como clandestina ya que era cosa de aficionados y no de profesionales de la Política –o lo que sea-- que son los únicos que tienen licencia para expresarse en éstos términos sin ser consideados intrusos.

Es cierto que el movimiento del 15 de mayo no inspiró confianza en el primer momento, a pesar del opúsculo “Indignáos” de Stéphane Hessel al que me referí el 21 de febrero aquí mismo. Muchos pensamos que era un truco mas de ciertos arribistas como supusieron miles de personas. Pero los planteamientos primero y los comportamientos después nos han hecho arrumbar los prejuicios aún sin caer en la ingenuidad de suponer que nadie va a caer en la tentacion de manipular los argumentos, los sentimientos y la idea misma del 15 de mayo, aunque conozco muy proximamente la cordura, la tenacidad y la solidez de las cosas que nacen bajo el signo de tauro.

Las propuestas consensuadas en la Puerta del Sol –un topónimo lleno de futuro-- pienso que puede suscribirlas el noventa por ciento de los españoles con sentido común. Si acaso yo tendría que planteame la iniciativa de reducir del gasto militar, no por afán imperialista ni vocación de someter a nadie, sino porque, en política internacional, el fundamento del respeto a las naciones estriba en la solvencia económica y en el tonelaje de la flota. Pero yo suscribiría la eliminación de los privilegios escandalosos de la clase política; luchar decididamente contra el desempleo y el derecho a la vivienda digna, la mejora de la calidad de los servicios, la revisión de la fiscalidad, la profundización de las libertades ciudadanas impidiendo la censura de la Red y los abusos de la Ley Sinde y, por supuesto, el control de las entidades bancarias –no la nacionalización de la banca como han dicho mis amigos de “Intereconomía”-- para evitar en el futuro el sarcasmo de otro Zapatero que engorde a los bancos hasta el infarto, mientras la gente no obtiene ni créditos ni trabajo.


Darío Vidal
28/05/2011


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