miércoles, 8 de junio de 2011

Las risas de la torpeza


Desde hace unos días, Cornelia Prüfer-Storcks tiene más entradas en la red que las murallas de Ávila. Si quería notoriedad, ya la ha obtenido. Y no diría yo que no se haya arrepentido. Pero tiene que seguir pedaleando para no irse al suelo. De momento, su simpleza le ha elevado la tensión, o dice que se ha elevado para aliviarse con sus “compis” de gabinete y poder hacerse una foto. Al parecer estos chicos de la autonomía hanseática del SPD son tontos de remate, o si lo pefieren, rematadamente tontos. No hay cosa que más mueva a risa que el mismo error cuando se repite. Era el truco genial de Charlie Rivel. Pero, claro, el desternillante Charlie Rivel era un payaso.

Bergson explicaba en “La Risa” la íntima anatomía de los trances y los gestos que despiertan nuestra hilaridad. Y ya ven cuán crueles somos. Lo que más nos mueve a risa es la torpeza del que reitera el mismo gesto, se cae repetidamente, se trabuca al hablar, pronuncia defectuosamente o acomete acciones idénticas. Quien pretende sentarse y se cae al suelo, el que no se apercibe de la puerta de cristal y se da en la cara, el que camina distraidamente y se estampa la tarta de nata en el rostro, tienen garantizado el éxito. A menos que sean políticos.

Vean ustedes cuantas salidas en falso ha protagonizado Cornelia. Tres semanas después de que se detectase en Hamburgo un brote epidémico de “Escherichia coli” --tres--, se apresuró a afirmar sin pruebas que el origen había de buscarse en los “pepinos asesinos españoles” que ni eran esesinos ni españoles. Al cabo de unos días la culpa recayó en unos brotes de soja de invernadero, después en un restaurante de Lübeck, más tarde en una partida de tomates, lechugas, coles y no se que más, y posteriormente Olaf Sholtz, que es el presidente que nombró a Cornelia senadora hace unos meses --¡vaya carrerón!--, dijo, tal vez para tranquilizar, que podía ser culpa de unos gamberros desaprensivos que infectaron las verduras por diversión. ¡Cielo santo, qué caterva!

Parece evidente que con “el pepinazo” como lo han llamado algunos, el mercado hortofrutícola español –que en este momento es un modelo de calidad y rigor comercial-- está seriamente afectado. Pero el prestigio de la República Federal está seriamente comprometido por estos y otros episodios de los Lander de “la señorita Pepis”, de los que no se excluye Hamburgo donde nació la señora Merkel en 1954 para “profesar” en el CDU, como Cornelia en el SPC, quien para redondear su labor y no exponerse a las reconvenciones del ejecutivio federal acaba de manifestar que “las exigencias de indemnización carecen de todo fundamento”.

Veamos, doña Corne, si llegamos a un acuerdo. No diremos nada a la señora Merkel pero van a tener que descontarle a usted doscientos millones de su propio peculio cada semana ¿Vale? Pues vale.


Darío Vidal
08/06/2011


1 comentario:

  1. Aunque no viene a cuento de esta entrada leí el otro día su libro de viajes sobre Los Monegros,y me ha resultado mucho más entretenido y sugerente que muchos otros de tal genero.
    Es apasionante recorrer tramos que vd describe hace 40 años con el monigote del google maps, y hacerse el recorrido de Farlete a Monegrillo, donde no pasó ni un coche;pero más apasionante indagar en personajes que por edad aún debieran rondar por el mundo, ya tengo localizada a una hija de los esquiladores, y ahora he localizado a la lectora juvenil: Ester Frauca Cacho. Espero tener noticias de ambas.

    celdasdepapel.blogspot.com/

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