lunes, 6 de junio de 2011

Pepinos hanseáticos


La ministra de Agricultura de la República Federal de Alemania Ilse Aigner, defendió ayer a la consejera de Salud del Land de Hamburgo Cornelia Prüfer-Storcks, con la arrogancia de los seres superiores, a pesar del comportamiento irresponsable para con los horticultores europeos que exportan pepinos a Hamburgo y la Baja Sajonia a los que culpó de haber intruducido pepinos contaminados por la bacteria “Escherichia coli”, sin verificación cintífica, apresurada e irreflexivamente, tres semanas después de tener noticia de un brote patológico en Hamburgo con ya 22 muertos –20 de ellos en Alemania-- y miles de afectados, muchos graves, sin acometer una investigación epidemiológica, con absoluta falta de seriedad pero con el apoyo, un poco a contrapelo eso es verdad, del presidente del Land y alcalde de la Ciudad Libre y Hanseática, Olaf Sholtz.

No quiero pensar que la elección de España para ubicar el brote epidémico se deba a motivos políticos inconfesables, por no caer en la tentación paranóica de la conspiración antiespañola. Aunque ellos se refieren a “pepinos asesinos españoles”. Pienso más bien que doña Cornelia --¡un capricho de nombre! ¿verdad?-- que luce un currículum personal tan limpio que está en blanco, como el de la inefable Bibiana Aído, pretendía nada más que alejar el problema lo mas posible de casa y, si no se quedaba en tierra, se caía al mar.

Pero lo tenía en su propio pueblo y por fortuna --y porque tenemos un control alimentario mucho mas riguroso que allá-- no se ha detectado ni una sola fruta contaminada, ni un enfermo, ni por supuesto una sola muerte. Claro que Cornelia Prüfer-Storcks, que no ha querido pedir disculpas a España ni a los agricultores porque menuda es ella, dijo ayer a quien quiso oirla –“erre que erre”-- que “está fuera de duda que las hortalizas españolas son peligrosas”. No me digan, ni se lo digan a ella, por qué: Los asertos de fe no tiene que contrastarlos la experiencia. Es así, y basta.

Sin embargo parece probado que la “Escherichia coli” ha nacido y pacido en la ciudad de esta atolondrada, imprudente, decidida y audaz hamburguesa cincuentona, que se afilió al partido a los 23 años y no ha tenido ocasión hasta ahora de procurarse su momento de gloria. Ella ha preferido no decir que las únicas hortalizas peligrosas hoy por hoy, pueden ser brotes de soja de cierto invernadero de su ciudad o los vegetales de una explotación de Uelzen a solo dos pasos, en la Baja Sajonia, como reconoció el consejero de Agricultura Gert Lindemmann. Aunque podría ser también “la acción de un incontrolado”.
Lástima que el ridículo de una incompetente sea tan caro.


Darío Vidal
06/06/2011


No hay comentarios:

Publicar un comentario