lunes, 11 de julio de 2011

Ensayo de Ave Fénix


Una vez descabezada la “nomenclatura” del PSOE con la guillotina preventiva, y neutralizada la nueva generación del partido, el socialismo se ha quedado sin ideas como cabía esperar. El degüello tiene esas cosas. La carencia de proyectos, la improvisacion irreflexiva, la frivolidad imprudente y el pueril voluntarismo inconsciente y sectario –tanto monta Zapatero o Rubalcaba-- han llevado a “Alfredo” a refugiarse al abrigo de un dintel, como siempre que tiembla la tierra, para hurtarse al desplome del edificio y el apedréo posterior.

Ha hecho muy bien. Neutralizados los jóvenes que deberían heredar a los viejos carrozas de la generación de González, como el propio señor Perez, puede el flamante candidato, retornando al pasado, soñar con encarnar al Ave Fénix y renacer de las cenizas.

Y, efectivamente, la anunciada palabra del prepósito se esperaba como el Sermón de la Montaña, con el mismo anhelo que las bienaventranzas. Pero no. Carente de propuestas, fue desgranando ideas del PP, UPyD y los Indignados del 15-M que nadie creyó. Eso era todo, y eso lo sabían. Pero no representaba una garantía ni un compromiso.

La derecha del PP y la izquierda de IU han coincidido en la crítica. Primero el portavoz González Pons ha calificado el nuevo “programa” del socialista como “una enmienda a la totalidad” de las propuestas de Zapatero, al que han arrumbado a la derecha, y Arenas ha opinado que su discurso no es creíble porque ha tenido treinta años para aplicarlo y no lo ha hecho, y en cuanto al coordinador general de Izquierda Unida Cayo Lara, ha dicho que Rubalcaba es un irresponsable si en tantos años de gobierno no ha enmendado el rumbo del Ejecutivo y piensa esperar todavía un año para abordar el creciente desempleo. ¿A qué espera?

Atesora una más que larga Historia a sus espaldas y muchas promesas incumplidas sin hablar de inexactitudes proferidas “en las mismas horas vinticuatro” por no calificar de mentiras e incluso embustes a sus desarrollos conceptuales. Cómo no dudar de la veracidad y rectitud de sus propuestas. Habría sido más creíble otro correligionario de ajecutoria menos sinuosa aunque no tuviese su misma habilidad parlamentaria. Pero otro no habría sido él. Y ya conocemos hasta qué punto los políticos se inmolan por servir a la Patria.

No importa que no gane dentro de unos meses, pero en una legislatura puede operar milagros. En su dilatada hoja de servicios se inscriben el GAL, los pactos con los etarras, el intrincado misterio de los trenes del 11 de marzo con “adeénes” de terroristas europeos y vagones achatarrados con pruebas destruídas por el diligente comisario Sánchez Manzano, o el chivatazo del Bar Faisán... Verán qué cosas nos quedan por ver.


Darío Vidal

11/07/2011

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