miércoles, 31 de agosto de 2011

¡Eso sí que es un político!


¿Saben aquel que dice...? No se si se acuerdan de cierto nostalgico del ejército de Pancho Villa que, ya anciano, meditaba: “¡General Motors, General Motors, ese sí que fue un buen general: tres mil quinientas revolusiones por minuto!” Bueno, pues tal cabe decir de Rubalcaba. ¡Eso sí que es un político y, lo demás, tonterías! ¡Tres mil quinientos desmentidos “en horas veinticuatro” que es lo que tardaba cierto poeta dramático del Siglo de Oro en llevar sus versos “de las Musas al teatro”.

Intenten llevar la cuenta de las idas y venidas de este lince, en relación con la reforma constitucional de este fin de samana y seguro que no coinciden. No sé si este Rasputín de Anís del Mono se ha precipitado en la sima de la desmemoria, si está vacilándonos, o si nos cree tontos de remate, que es lo que sucede cuando los listos son poco inteligentes y menosprecian la perspicacia de los demás.

La estrategia de desmentidos de ayer fue un portento de flexibilidad y transformismo, compitiendo con los mas hábiles ilusionistas, hasta dejar al “respetable” turulato.

Previamente, ante el pacto de Zapatero con Rajoy que le cogió fuera de juego, aseguró que el presidente le había convencido y, para no sentirse desmarcado, improvisó una conferencia de prensa de escuela primaria y muy didáctica, apoyando la oportunidad y la conveniencia del acuerdo adoptado a sus espaldas, mientras el día de ayer fué un delirio de acomodaciones y renuncios. Salió al bar del Congreso a tomar un café “porque se dormía”, aunque lo mas probable es que no recordase ya qué papel representaba en aquel momento.

Dió a entender a la ejecutiva de su partido que él había tenido un criterio mas restrictivo sobre el déficit público y que no hubiera hecho así la reforma constitucional, presentándose ante los suyos como una víctima de Zapatero, precísamente cuando había actuado como un “Pepito Grillo” del “boss” e inspirado muchas veces sus mas disparatadas iniciativas, antes de su decisiva actuación en las elecciones de 2008, y de hacer que se entretuviese con las ocurrencias de los inefables e inefablas Bibiana Aído, Carmen Calvo, Magdalena Álvarez, Ángeles Gonzalez-Sinde, Leire Pajín, Miguel Angel Moratinos y Mariano Fernández Bermejo el montero de Garzón.

Desleal con los traidores, se confiesa traicionado por Zapatero. Decía el fundador de la Confederacón Española de Derechas Autónomas (CEDA), don José María Gil Robles Quiñones de León –¡qué más darán izquierdas o derechas si sólo son dos días!--, nacido en Salamanca durante el primer Desastre, el de 1898, que para medrar en política “había que verlas venir, dejarlas pasar y, si se se te mean, decir que llueve”. ¡Qué dulce sirimiri!


Darío Vidal

31/08/2011



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