martes, 27 de septiembre de 2011

El faisán de Rubalcaba


Rubalcaba, digo el Señor Rubalcaba, don Alfredo --para los militantes, simplemente Alfredo--, tiene un pájaro. No digo que sea un pájaro de cuenta, que también, sino que tiene un “Faisán”. Un pájaro elegante con múltiples historias y un final dudoso, porque no supo hacer lo que Putin con su acólito Medvédev y cocinarlo a fuego lento. Pero sólo se puede hacer lo que se puede, y mientras este trampantojo presidencial nunca ocultó ser un sosias de don Vladimiro, el desvaído Zapatero quiso ser brillante evocando el espectro de su abuelo, sin advertir que el Alquimista lo estaba envolviendo en su tela de araña, tal vez sin provecho ya para ninguno de los dos. Pero es que El Químico, con ser avezado intrigante, es sólo “un conspirador de provincias”; en tanto que el nuevo postulante a Zar de todas la Rusias es un profesional de los servicios secretos al que Boris Yeltsin nombró jefe del FSB después de haber desempeñado oscuros cometidos escalando la “nomenclatura” del siniestro KGB. Una cosa que no se improvisa.

El solarano ha sido proclive a encadenar embrollos y ejercer la Ciencia Toledana --y hasta un poco la magia negra-- gestionando todas las carteras de los sucesivos gobiernos de la Nación, sin pararse a considerar si hacía o deshacía, ni importarle desmembrar a España. Los cántabros y los de Castilla la Vieja, que es como antes se llamaba, no han mostrado más mimo ni sensibilidad que los periféricos.

Por no referirse a la ruina de la enseñanza como ministro con Felipe, a la dejación del español como nacionalista y al deprecio de la Ciencia, como profesor que dice ser, desactivando a los escolares con una ley de Educación nefasta; olvidando la actuación y encubrimiento del “contraterrorismo” torpe de los GAL que quiso enmendar después con decisiones compensatorias a favor de los etarras como la permisividad de la organización Bildu con que se ha tapado la ilegal Batasuna; dejando de lado las actividades tenebrosas en las cloacas de la oposición durante el gobierno de Aznar; la ágil reacción durante lo que debió ser serena jornada de reflexión del día 11 de marzo de 2004, turbada por un atentado horroroso y sangriento del que Rubalcaba tuvo noticia puntual y temprana antes que el propio ejecutivo, administrando y dosificando la información para confundir a la policía, esparciendo pistas falsas, ocultando pruebas, desorientando a los artificieros y lavando vagones para borrar los vestigios de los explosivos cuya naturaleza no se ha podido determinar todavía, ha sido imposible saber si sus autores fueron etarras o islamistas de Al Qaeda apoyados por hampones. Así se pretende borrar del “Faisan” el delito de alta traición que alguien cometió.

Este es el personaje que ha torcido el rumbo del partido de Largo Caballero, Prieto y el catalán Fabra, cuando era obrero, socialista y español. Este es el pájaro que pretende mandarnos.


Darío Vidal

27/09/2011



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