lunes, 12 de septiembre de 2011

Once de septiembre


Rememoramos esta jornada tres fechas tristes: la derrota del “conseller en cap” de la Generalitat de Catalunya Rafaél de Casanova, por Felipe de Anjou, en el siglo XVIII, la inmolación de Allende en La Moneda el año 1973, y la masacre perpetrada en el “World Trade Center” de Nueva York por el odio islamista de Bin Laden. Nos trae también este 11 de septiembre una noticia esperanzadora: la de que el tercer hijo del genocida libio coronel Gaddafi, Saadi al Gaddafi el futbolista de 38 años, capitan de la selección nacional, presidente de la Federación y alto jefe de las Fuerzas Armadas, ha sido detenido este domingo por una patrulla al norte de Niger con nueve de sus hombres.

Dejando a un lado la cobardía del golpismo y la vileza del terrorismo de uno u otro orígen, del que tenemos amarga memoria en nuestro suelo, nos duele hoy la fecha que ha servido de pretexto para desunirnos, olvidando que la mitad de España y no solo Cataluña, tomó partido por el Archiduque de Austria en la pugna de la Guerra de Sucesión, sin que haya producido quiebra alguna.

El nacionalismo catalanista –no impliquemos a todos los catalanes-- ha hecho que ciertos predicadores interesados o paranóicos hayan perdido el “seny” y la cordura porque pretenden crecer dividiendo.

Decíamos hace unos días que “ya no hay alcaldes en los pueblos” y corremos el riesgo de desbocarnos si, olvidando la sindéresis, permitimos que un partido, tendencia o facción, se convierta en secta y, por no acatar ni al Rey ni a Roque, degenere en herejía. Hoy, 11 de septiembre de 2011 hemos tenido ocasión de contemplar nuevamente la valerosa acción de unos encapuchados rigurosamente ataviados de negro para que todos les vean y encapuchados para que nadie los reconozca --¡que risa!-- quemando parsimoniosamente un retrato del Rey que sancionó su Autonomía y una bandera de España para ofender a los que se sientan españoles, ante la impasibilidad del Honorable Artur Mas, sin que nadie se lo estorbase ni impidiese.

Eso después de que el propio Mas en representación de la Generalitat haya anunciado que no acatará el veredicto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en relación con la “inmersión lingüistica” y la exclusión del castellano como lengua co-vehicular con el catalán y que hace unas horas el propio obispo de Lérida, que se ha negado a ejecutar la sentencia vaticana que exige la devolución de los bienes patrimoniales aragoneses a las diócesis de Huesca y Barbastro --sin caer en la excomunión-- anuncie que va a personarse contra la Iglesia despojada para reivindicar sus derechos. Nada puede extrañar porque, en los últimos meses, Cataluña demanda a Aragón algunos territorios que denomina “Franja de Ponent” reivindicados hasta ahora solo en la cartografía. Una demanda que pudiera calificarse como un auténtico“casus belli” que hasta hace un siglo se dirimía con sangre.


Darío Vidal
12/09/2011

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