sábado, 29 de octubre de 2011

Otegi inicia la campaña


Arnaldo Otegi ha manifestado desde la carcel que es inmaduro plantearse la disolución de la Eta. Probablemente es el primer acto electoral de su campaña para la “lehndekaritza” de 2013.

Miembro y activista de Eta con mas de una “ekintza” en su haber, no puede hoy jugar a otra carta que la contumacia. No le serviría ya de nada renegar de su currículum. Llegado un momento, no sirven de nada cambios de rumbo ni rectificaciones. Cuando alguien ha consagrado la vida a ejercer ese oficio, nadie le recordaría por otra cosa: a lo hecho, pecho.

Pero es que, por otra parte, la biografía termina condicionando la elección. En la medida que avanza la vida, disminuyen las opciones posibles. Cada decisión limita y acota el futuro. Optar significa también decir adiós a muchas cosas. Y no cabe más que retirarse o acomodarse a lo mismo. Es dificil retractarse de una vida. A determinado nivel del existir, no es posible retirarse sin perderlo todo. He aquí la historia de un veterano que se postula para presidir Euskadi en las elecciones de 2013.

Ingresó en la Eta político-militar con apenas 19 años en 1977 y pasó, tras la disolución de esa tendencia, a la rama militar en 1981. En 1989 fué procesado y absuelto por el secuestro de Javier Rupérez de UCD, aunque pocos meses mas tarde fué condenado por el secuestro del empresario Luis Abatua. Cumplidos seis años de condena accedió al Parlamento Vasco en 1995, sustituyendo a Begoña Arrondo condenada por colaboración con banda armada. Cuando en 1997 fué detenida la Mesa Nacional de “Herri Batásuna” en pleno, por la difusión de un vídeo de la Eta durante la campaña electoral, asumió la portavocía del partido. Solo un año después, en 1998, participó en la firma del Acuerdo de Lizarra y la Eta declaraba una "tregua incondicional y definitiva" y, transformada “Herri Batásuna” en “Eusko Heritarrok” obtuvo los mejores resultados alectorales al firmar un acuerdo con el PNV para proclamar lehndakari a Juan José Ibarretxe. En 1999 un atentado rompe la tregua. En 2001 entra Aznar y se gesta un pacto antiterrorista entre PP y PSOE, pero Otegi y Eguiguren (PSE) negocian en secreto. En 2006, con un nuevo “alto el fuego permanente” se establece un vínculo con Zapatero que le elogia como “hombre de paz”. Y desde entonces se sigue puntualmente la Hoja de Ruta fijada por Eta para la independencia de Euskadi mientras el Estado se disuelve y la cúpula del PSOE se desentiende de los problemas del mundo, obsesionada por pasar a la historia por la pacificación de Euskadi y su independencia a cualquier precio. De ese modo caemos en la segunda “Crisis de 1898” distraídos por parecidas causas.

Cómo van a respetarnos los tiburones de Europa; cómo vamos a confiar en el Estado; cómo no vamos a experimentar inseguridad jurídica si el infame binomio zapador --o sea Rodríguez y Pérez--, ha barrido las piezas del ajedrez, alterado las normas, emborronando el campo de juego, adulterado las palabras hasta privarlas de significado, exaltado a los criminales y traicionado a los ciudadanos rectos? ¿Cómo vamos a confiar en una camarilla que nos ha hundido económicamente en los albañales de Europa y no sabe, no puede o no quiere acabar con la Eta?

¿Cómo fiar en quien es incapaz de resolver la desaparicion de niñas y adolescentes aún conociendo a los culpables, como en el caso de Marta del Castillo? ¿Qué clase de Administración gestiona nuestra vida para que consiga burlar a un grupito de adolescentes imberbes, incultos, balbucientes e inexpertos?

La aniquilación del Estado, la disolución de los principios y la honda confusión de los ciudadanos explican la ascensión de Arnaldo Otegi.


Darío Vidal
29/10/2011

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