miércoles, 26 de octubre de 2011

Se avecina el Purgatorio



La inseguridad juridica se expande inexorable como una epidemia. Ahora resulta que los terroristas de la guardería de “Segi” condenados hace un año a seis por la Audiencia Nacional, van a ver revisada su sentencia a petición del Tribunal Constitucional –aunque no el proceso--, para que la cosa quede en nada. Se trata de un desprestigio pensado, programado y dictado por la propia Eta, que, como se dice, ha sido “derrotada”.

Todo obedece al oscuro designio de la Eta, diseñado en la tiniebla por Arnaldo Otegui --ese admirable “hombre de paz” según el cínico juicio de Zapatero-- al que Bildu postula para la “lehndakaritza” de 2013, tal como pactó con Eta el presidente socialista en 2009. Como puede verse, comienza a descubrirse el calado de los acuerdos del PSOE, apenas concluida la farsa de San Sebastián.

Entretanto Patxi López Álvarez, oriundo de Las Encartaciones, asentado en Portugalete, y distraído ahora oportunamente en la convención del “Culinary Institute of America” y una gira con empresarios vascos por los Estados Unidos al parecer inaplazable, se ha apresurado a patrocinar la “mesa de partidos” en el momento oportuno, mientras el presidente de su partido Jesús Eguigúren le exigía más dedicación al PSE y Euskadiko-Ezkerra en estos momentos que juzga cruciales, mientras que su propio grupo y la dirección federal lo desautorizaban, hasta el punto de tener que retractarse. A Patxi se le ha ocurrido –porque “se lo ocurrieron” en el PNV antes-- no solo acercar más presos, sino insertar además a los que andan huidos o deportados por el mundo. No importa el volumen de necrológicas que arrastren en su biografía. De modo que a Eguigúren le ha abandonado “dios”.

En política hay que estar siempre en la pomada si no se quiere perder el tren, aunque no se sepa de momento ni adónde lleva.

Antonio Basagoiti sí parece estar en sintonía con Rajoy, presuntamente tan relajado, y hay que esperar que sea más astuto de lo que parece. De otro modo será cuestión de pensar en el exilio, aunque alguien nos moteje de antipatriotas. No es verdad por cierto. Pero no tenemos la culpa de adónde nos ha arrastrado “el nieto de su abuelo” ni “el brujo de Solares”, menos claro de lo que suele ser su agua. Tampoco hemos hecho sino sufrir las consecuencias de su aturdimiento y su insolvencia. Y no tenemos medios para enmendar el desaguisado.

Habría que remontarse a Mayor Oreja, al que el ensoberbecido Aznar no quiso nombrar para que acabase con el hacha de la serpiente.

Ahora está todo sumido en la ciénaga y los consejeros de las cajas de ahorros se han subido los sueldos en un 80% desde 2004 mientras perdían un 40%. ¿Quién remedia ya esto?


Darío Vidal

26/10/2011

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