viernes, 25 de noviembre de 2011

Estereotipos y paradigmas


La Federación de Mujeres Progresistas de Madrid acaba de darnos una sorpresa en relación a cómo viven su papel de aprendices de Hombre y de Mujer los adolescentes, desde la esfera del sentimiento.

En esta época convulsa de cambio de milenio es probable que, sobre todo los adolescentes, se inclinen por los estereotipos del pasado o los paradignas del futuro, sin someterlos a análisis. Antes, en los dorados años veinte, la condesa de Campo-Alange apostó por “La secreta guerra de los sexos”, dicen que con la galante participación de Ortega y Gasset.

Aceptando que los “modelos despóticos” son intolerables –no solo desde el machismo sino también desde el feminismo-- y que el paso desde la sociedad patriarcal a otra igualitaria se ha concebido como un enfrentamiento del feminismo radical contra los machos opresores, habría que analizar los términos de la encuesta que pueden sesgar tal inquisición.

Así, por ejemplo, a los 1.396 escolares de secundaria encuestados, se les ha preguntado si el chico debe defender a su amiga, en lo que han obtenido una abrumadora respuesta afirmativa del 90% en tanto que nada han dicho de si las chicas apoyarían, secundarían o protegerían al chico. Porque eso no se les preguntaba. Tampoco han inquirido si deben esforzarse en complacerles también a ellas, que resulta una obviedad para un compañero, un amigo, un noviete o un amado. Sin esa tácita exigencia no se establecería ninguna relación.

Si se realiza una pesquisa así, puede obtenerse cualquier conclusión y la contraria, como en el sesgado cuaderno de bitácora con que un primer oficial logró deshacerse del capitan abstemio, sin mentir, reseñando algunos días:“hoy no se ha emborrachado el comandante”.

Pero veamos que alcance puede tener la prospección de las Mujeres Progresistas. Ellas apuntan en sus conclusiones que solo el 15% acepta que el varón sea el cabeza de familia y que la mujer deba respetar su autoridad, aunque el 60% opina que debe complacer a su novio en tanto que el 21% cree que no. Sin embargo el 44% de las adolescentes cree que “para realizarse plenamente necesitan el amor de un hombre”, mientras que el 26% esta en total desacuerdo.

Lo que más sorprende es que las chicas consideren la agresividad (52%) y la valentía (31%) como valores exclusivos masculinos, y menosprecien el arrojo, el valor y la sangre fría demostrada por las mujeres en tantas ocasiones. Pero solo un 1' 8% estiman que son capaces de dar ternura a las chicas, aunque, eso sí, nada de comprensión (0' 0%) Pero más desconcertante todavía es que el 60% consideren normales los celos como prueba de amor y el 31% considere normal que se espíen los móviles cuando hay sospechas de infidelidad. Incoherente y contradictoro.

¡A ver si se han inventado la encuesta unas becarias de las que subvencionan Bibi Aído, Leire Pajín, Trini Jimenez y González-Sinde!


Darío Vidal
25/11/2011


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