miércoles, 9 de noviembre de 2011

La zorra guardando gallinas


Nadie sabe cuantos kilos de cremas y afeites llevaba Rubalcaba en la cara para comparecer en el Debate. Lucía además un color atezado que vendía salud y una tersura que dejaba tamañito a don Silvio Berlusconi. “Sano por un día”, como el histórico programa de televisión de los sesenta.

Eso de confiar en el aspecto más que en el cerebro, es un achaque de los yanquis, que confian mas en las planas cabezas-castaña que en las más enjundiosas cabezas-huevo, que es como aún llaman despectivamente a los sabios y a los intelectuales, los granjeros pequeñoburguesas del Oeste.

Debiéramos llamar al 20-N –otro préstamo angloamericano-- “Día Decepción” como la isla ballenera argentino-chilena del Archipiélago de las Malvinas en la Antártida a pocas millas del Estrecho de Magallanes. Tambien pensaron que alojaba un tesoro.

Cuando hablábamos ayer del Debate, expresábamos la sorpresa de que nadie abordase el tema de la seguridad ciudadana y el de la epidémica corrupción que nos asola. Una situación que no puede achacarse a distracción sino a un pacto entre los dos grandes partidos, así como el silencio sobre el final de el terrorismo y la transmutacion de Batasuna en Bildu. Si desconfiábamos de los socialistas, quién puede creer en los populares tras este atronador silencio.

Nadie sabe si la falta de iniciativas de los populares se ha debido estos años a cautela temeraria, a perplejidad ante los hechos o a miedo de actuar. Las primeras iniciativas van a ser decisivas para interpretar el significado de aquel mutismo y da la impresión de que el PP ha consumido parte de su crédito antes de comenzar. Queda poco tiempo y menos margen para el error porque los franceses están ya en la cuerda floja y Alemania ya no es garante de la solvencia de Europa: todo lo humano es finito. Sobre todo cuando los billetes de banco son poco más que papeles de colores. Al tiempo que los inversores que han estafado y sido estafados jugando de farol y sin fondos, se refugian en el oro, escarmentados por las bolsas.

No pretendo alegrar el día a nadie, pero no soy original si vaticino que lo peor aún no ha llegado, aunque el dúo dinámico --Rodríguez y Pérez--, aún “vencido y desarmado”, aguarda confiando en brotes verdes que hicieron vaticinar al Alquimista que sabía muy bien qué hacer, mientras seguimos con el agua al cuello.

De modo que o mintió entonces o esta mintiendo ahora. Y si no se fue entonces, debe marcharse ya. ¡Y procurando no hacer ruido! Su tiempo ha terminado. Hasta para la seretaría general de su partido.

¿Puede creer alguien que nos reflotarán los que nos hundieron? ¿No merecen dar cuentas por su contumaz despilfarro de ocho años? ¿Por qué no asumen su error o sus delitos cuando tantos los denunciaban? Tampoco Rajoy dijo nada.


Darío Vidal
09/11/2011

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