miércoles, 4 de enero de 2012

Rajoy condecora a Zapatero


Les confieso que lo juzqué una broma. Los primeros rumores me llegaron hacia el 29 y pensé que se trataba del rastro de una ocurrencia de los Inocentes. Dijeron que iban a condecorar a los ministros salientes. (“Con qué crueldad tratamos a los perdedores”-- --pensé)

Un día o dos después me llegó por otro conducto que al ex-presidente Rodríguez Zapatero iban a concederle el Collar de la Orden de Isabel la Católica. Y deploré lo despiadada que es la gente con el arbol caído. Pero espoleó mi curiosidad lo que tenía de rareza, porque en la Facultad había estudiado el nacimiento y la gestión interesada de los rumores promovidos desde el Poder por aquel genio nazi de la comunicación del “III Reich” que fue el ministro de Propaganda del Führer, Josep Goebbels, capaz de malear como cera o plastilina los bulos y los “soplos” para darles la vuelta.

Pero no me dió tiempo de más. Hoy han confirmado en una emisora de radio ésta burla, ésta noticia grotesca e imposible. Este evento humillante que va a consistir en que Rajoy proponga a Su Majestad que galardone al saliente Zapatero y sus mariachis con reconocimientos y medallas, para que tomemos ejemplo y no olvidemos nunca los méritos de Leire Pajín. Bibi Aído, Ángeles Gonzalez-Sinde, Valeriano Gómez y Pepiño Blanco. No importa al partido que afecte. No tengo “carnets” aunque sí buenos amigos. Pero la gestión de este gobierno no merece ningún elogio.

El equipo que ha desenterrado el odio fratricida; el que quiere exhumar a los muertos y destruir parte de un monasterio conocido en todo el mundo y turísticamente lucrativo; el que ha accedido a desbaratar los fondos de archivos y documentos segregándolos de un territorio como si no perteneciera a España; el que ha despreciado la equidad al repartir subvenciones aplicando la “discriminación positiva” –que por su otra cara es negativa--; el que ha argumentado con la mentira; el que ha colado en el Congreso a los terroristas de Eta por la puerta de atrás y el personaje que en resumidas cuentas debería ser imputado por alta traición, no puede erigirse en modelo de nada, aunque no nos hubiese arruinado también.

Desconozco qué quiere comprar o vender el señor Rajoy; qué favor pagar o qué conciencia adormecer. Pero se me antoja muy caro el envite. No importa que se haya establecido la despedida de ministros con medalla en las aburridas democracias en que nunca pasa nada. Pero aquí nos aburrimos tan poco, que un 23 de febrero, el de 1981, sentimos nostalgia de los pronunciamientos del siglo XIX. Aquí estamos siempre a pique de cualquier cosa, como reiniciar la Santa Cruzada de 1936 a la salud del Capitán Rodríguez Lozano, o dejarnos arrastrar por el contubernio judeo-masónico marxista. Por eso hay que domeñar los demonios, elegir los modelos y, sin pecar de arrogantes, actuar con coraje.


Darío Vidal
04/01/2012


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