martes, 14 de febrero de 2012

Concordia y Compromiso


Se cumplen seiscientos años (1412 a 2012) de dos hechos relevantes de nuestro pasado que no se han elevado a los altares de la Historia porque afortunadamente no se tiñeron de púrpura. Y ya se sabe que nada merece una mención honorable entre nosotros si no está tinta de sangre.

Aunque fue la cordura, el aplomo, la sensatez, el “seny” y el debate parlamentario sosegado lo que permitió configurar a España tal como es, ya en el siglo XV, evitando que se fracturase la Corona de Aragón. Un ejemplo político, no ya para aquella temprana edad, sino incluso para nuestros días.

El caso es que a la muerte de Martín I el Humano sin descendencia, en 1410, los aragoneses hubieron de elegir sucesor atendiendo a los méritos dinásticos de seis pretendientes propuestos por los nobles, los ricos homes y el clero. Los candidatos fueron Fadrique de Luna , bastardo de Martín de Sicilia, legitimado por el Papa Benedicto XIII; Jaime II de Urgel, biznieto de Alfonso IV; Alfonso de Aragón y Foix, conde de Denia y Ribagorza, Marques de Villena y Duque de Gandía; Luis de Anjou, nieto de Juan I de Aragón; Juan de Prades, hermano del duque de Gandía, y Fernando de Trastámara, el de Antequera, nieto de Pedro IV e infante de Aragon.

Cabe imagiar la lucha de intereses de linaje, políticos y económicos que entraban en liza, y pronto se produjeron grandes disturbios en Aragón, ya que el Conde de Urgel se propuso dirimir el litigio por las armas con la complicidad de los gascones y los ingleses. Pero la diligente reacción de las Cortes reunidas en Alcañiz abortó la guerra civil decidiendo que se reunieran tres compromisarios por cada reino, de acuerdo con una bula pontificia del Papa Benedicto XIII, para debatir en justicia los méritos de cada uno de los aspirantes, según la última voluntad expresada al consejero barcelonés Ferrer de Gualbes, por el Rey, en su lecho de muerte.

El 15 de febrero de 1412, aragoneses y catalanes firmaron la Concordia de Alcaniz en ausencia de los valencianos, acosados por el de Urgel hasta ser derrotado en Murviedro, suscribiendo tambien la Concordia el 27 de marzo de 1412, y vinculándose a elegir nueve compromisarios, tres por cada territorio (Aragón, Cataluña y Valencia) para que llegasen a un acuerdo sobre la idoneidad del mejor monarca,

El 22 de abril de 1412 se iniciaron las deliberaciones en Caspe por deseo del valenciano Vicente Ferrer, y dos meses depués, el 28 de junio, fue proclamado Fernando de Trastámara como Fernando I de Aragón con los tres votos de Aragón, dos de Valencia con una abstención, y uno de los catalanes, que emitieron dos votos para el Conde de Urgel, asesino del arzobispo de Zaragoza, García Fernández de Heredia.

El 5 de agosto, el nuevo Rey juro los fueros en la Seo de Zaragoza pero perdimos dos lenguas: el aragonés y el occitano.



Darío Vidal
14/02/2012

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