sábado, 11 de febrero de 2012

Otra vez "Las Vegas"



El 3 de noviembre pasado me referí a Las Vegas; Las Vegas de verdad, la de toda la vida y no la del estado de Nevada, en Paradise district, condado de Clark, que amaneció como “la ciudad de la diversión y el ocio” por 1909, en medio del desierto.

Así medró la ciudad del pecado (“Sin City”) abierta día y noche al juego, las apuestas ilegales, el alcohol, la prostitución, las drogas y el crimen. Un Paraíso para los habitantes de Paradise, que pretender crear otro “paraíso fiscal” aquí con el rio revuelto de la Crisis, como han advertido los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha)

Pero hace dos meses y medio no había tanta oferta en liza. Después de frustrarse en buena hora la candidatura de Los Monegros con la que estaban encantados el señor Iglesias y el señor Biel --quiero pensar que sin calibrar su alcance--, parece que más tarde doña “Espe” Aguirre y el señor Ruiz Gallardón comenzaron a frotarse las manos con la posibilidad de que “Las Vegas” de toda la vida, “Las Vegas” de Castilla la Nueva o Castilla La Mancha, “Las Vegas” de España (Spain) fueran el solar elegido. La comarca de “Las Vegas”, que comprenden las del Tajo y sus afluentes el Jarama y el Tajuña, abarcan veintitres poblaciones históricas, pintorescas y de muy vario paisaje, entre las que destacan Aranjuez, Morata de Tajuña Chinchón, Ciempozuelos, Carabaña y Villaconejos. Tampoco parecieron percatarse del retroceso que supone injertar un elemento esteril, por no decir nocivo, en una sociedad culta y madura, los señores Gallardon y Aguirre.

Algo después, tendió el anzuelo Artur Mas, otro benefactor de la patria, --en este caso la catalana--, y los últimos en interesarse –o los últimos en ser tentados-- están siendo los valencianos tan infantilmente enfrentados en la pugna catalana, con el “rehabilitado” Paco Camps y Rita Barberá, que está alzándose en el campeonato con la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Terra Mítica, el Bioparc, el Oceanográfic, las competiciones de fórmula uno y las prestigiosas regatas internacionales. Todo un repertorio para vender la ciudad.

Y todo ese menú de ocio, dicha, vacación y libertad, está fundado en el delito, aunque no se desee de modo explícito, ni lo pretenda el millonario judio americano Sheldon Gary Adelson (1933) “El Rey de Las Vegas”, que está dispuesto a liberar del trabajo a unos cuantos aborígenes y convertirlos en capataces, guardacoches, botones y conserjes del nuevo emporio que piensa establecer en su colonia europea, al lado de las de Nevada, Singapur y Macao.

Dije otra vez que algunos me tacharían tal vez de estrecho, provinciano y apocado. No lo soy pero lo asumo. Lo que no concibo es un estado dentro de otro dedicado al delito y al juego. Porque esto no es Disneyworld.

Aunque todos los tentados son de derechas,.


Darío Vidal

10/02/2012

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