“Es
como dar una patada a la lata para mandarla más lejos”,
--ha calificado un economista las iniciativas españolas para alejar
el riesgo financiero, mientras debemos 4' 25 billones
de euros en este momento. Es la estrategia de los expoliadores del
siglo XXI. No desean matarnos sino hacer de nosotros unos indigentes
y reducirnos a la pobreza para que no podamos devolver el dinero que
nos prestaron, mientras la renegociación de la deuda engorda cada
día los intereses. Es un fatal nudo corredizo que permite al aire
entrar lo suficiente como para no asfixiar por el momento, pero que
impide cualquier movimiento autónomo de ventilación. De ese modo
arruinaron el más bello proyecto, unos banqueros
supernumerarios (“Servir a Dios desde los puestos más altos”)
y la prima de riesgo de España alcanzó así los 433 puntos ayer,
apenas unas horas después de que los ministros económicos Luis de
Guindos y Cristóbal Montoro comparecieran ante los medios para
acallar los temores.
Los
especuladores financieros hacen lo que los pastores “massaí”.
No sacrifican a las vacas porque eso equivaldría a descapitalizarse.
Los “massaí” chupan la sangre de sus reses como vampiros,
practicándoles una incisión en la carótida en tanto pueden
aguantar de pie y aguardan que las más flacas, desnutridas y
macilentas se repongan de la sangría.
Nos
preguntábamos quién se escondía tras las maniobra orquestada de
Islandia primero, y luego de Portugal, Grecia, Italia y España, que
amenazó incluso al socio francés Sarkozy en varias ocasiones. Nadie
lo sabe o dice saberlo, pero el dinero y el amor suelen manifestarse
con insolencia y ya ven
que
mientras las bolsas españolas han ido descendiendo doce puntos, la
de Franckfurt –que hace unos meses quiso fusionarse con la de NY y
no le dejaron, porque también “manda” alguien más –, está
trece arriba.
Alemania
va a lo suyo, mientras el nacionalismo ibérico más paleto, observa
el hundimiento de España con ojos codiciosos como en ocasiones
precedentes, a ver si encuentra flotando la tablazon de cubierta, una
tapa de regala o el trozo de una quilla astillada, para
aprovecharlas.
Con
todo, lo mas desazonante para el común de los españoles es que
ninguna medida de austeridad parece modificar la tendencia, y el
desplome de la economía describe una curva progresivamente
acelerada. Personas no versadas en economía han sugerido suprimir
decenas de gastos supéfluos, pero hay quienes se aferran a sus
pequeñas vanidades cuando no a sus chicas o grandes prebendas, para
impedirlo.
Esperanza
Aguirre sugiere recentralizar Justicia, Educación y Sanidad, pero
Mariano Rajoy no quiere hablar de ello, al tiempo que Artur
Más tensa la situación para exigir la independencia. Y Patxi López
y los de “Bildu” quieren hacer a Arnaldo Otegi lehndakari. ¿Les
suena a ustedes esto?
Darío Vidal
11/04/2012
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