lunes, 11 de junio de 2012

APUESTO POR EL OBISPO


Estoy con el obispo. ¡Quién lo dijera! Pero la Verdad es la verdad, y además es verdadera. Qué vamos a hacerle si el gran Juan de Mairena razonaba que, en materia de veracidad, no cabe distinguir entre Agamenón y su porquero
Estoy de acuerdo con el magisterio episcopal por los menos en dos cosas: en valorar como un sarcasmo y un pillaje la negativa a devolver los bienes eclesiaticos oscenses detraidos/sustraidos por la diócesis de Lérida pasándose por el arco del triunfo los sucesivos dictámenes vaticanos (ya no se obedece ni a Dios, por lo menos en Cataluña) y la segunda, en calificar como un error grave del Gobierno la instalación de un garito –lujoso, valioso y ostentoso, pero garito al fin-- en “Eurovegas”, sea en Barcelona, en Madrid o en los Monegros.
Ya está dicho.
Pero no porque constituya moralmente una “podredumbre” como opina el obispo de Getafe don Joaquín María López de Andújar y Cánovas del Castillo, que es un argumento dialécticamente discutible, sino porque Las Vegas –y más llamándole “Eurovegas”-- es una iniciativa mercantil que atufa, que hiede, que apesta, que asfixia, sofoca y provoca arcadas. Y no ya por razones solamente éticas, sino por causas estrictamentde sociológicas, y una concepción metafísica del existir que excluye la trascendencia.
El rabino Adelson no cortejaba el enclave menegrino --¡qué risa, tía Luisa!-- pero sí las capitales suntuosas de España, como insinuó hace unos días jugando al “pique pueril y provinciano” entre las dos ciudades más populosas del entorno.
No se trata de crear un proyecto industrial de vanguardia con mucha producción y pocos residuos; no de favorecer el establecimiento de una universidad de élite en investigación avanzada; no de concebir una suerte de centro de alto rendimiento deportivo, para acometer empeños desmedidos como unas perpetuas “olimpiadas”, ni tampoco de concebir una unidad de pedagogía avanzada para estimular a alumnos “superdotados” desde las primeras letras hasta el doctorado...
Nada de eso. Madrid y Barcelona están haciendo el ridículo mientras el neoyorquino señor Adelson agita la zanahoria para ver quien da la zapateta más vistorsa y divertida de la exhibición. Una pugna en que las ciudades no van a porfiar por la excelencia ya que no competirán por nada. Su mundo va a ser una caja vacía que nada va a contener ni va a aportar. Me opuse a este proyecto en los Monegros como ahora en cualquier lugar.
Aquí la materia prima será lo que la plusvalía: ocio, vicio, droga, juego, delincuencia, mafias, redes gangsteriles, lujo fácil, trata, sexo a todos los precios, crimen organizado y delincuencia espontánea.

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