martes, 3 de septiembre de 2013

EL DUELO DESDE AQUÍ


Bashar al-Assad ha demostrado ser un criminal y un traidor a la patria pero tal evidencia no autoriza a los Estados Unidos a soltar una manada de elefantes contra la cacharrería de Siria. Parece que Obama se apresta a defender “la cultura de Occidente” arrasando lo que queda de ella. Ignora que esta cultura nace en Asia para instalarse en la Creta minóica. Pero a los bárbaros opulentos les da lo mismo Siria que Asiria, Turquía que Grecia. Por eso tal vez “El Deseado” presidente negro esta a punto de iniciar la guerra con que todos sus presidentes USA contribuyen a la Historia.
Si es verdad que los esbirros de Al-Assad han atacado con armas químicas o bacteriológicas a la población siria, mientras su angelical esposa Asma Fawaz al-Akhras, “la Rosa del Desierto”, fundadora y gestora de tantas ONG's, tomaba partido sorprendentemente por la contrarrevolución assadí en 2012; también es cierto que los EE.UU han optado por la torpe estrategia de siempre, combatiendo a los guerrilleros y “quintacolumnistas” infiltrados, con medios tan convencionales e indiscriminados como la artillería, los infantes y la aviación. Igual que en Corea, Vietnam, Iraq, Afganistán, Libia, la Guerra del Golfo, la cínica “Operación Restablecer la Esperanza” somalí, de más que dudosa justificación e incierta víctoria pero que han garantizado la implantación de empresas inocentes como la Coca-Cola” y reconstruir y financiar los servicios y los destrozos ocasionados por la mala cabeza de los sojuzgados.
No soy un rojo sino solo un tonto útil. Por eso estoy fichado por todas las policías y no puedo aspirar a ningún reconocimiento. Tampoco lo apetezco. No detesto siquiera a los estadounidenses, sino a su política inspirada por el imperialismo británico, desde que, en 1868, el general George Armstrong Custer infectaba con sarampion y escarlatina las ropas y las armas con que comerciaba con los indios –no hay fotos de las bacterias-- hasta las pruebas que efectuó en el desierto de Nevada con personal de la “U.S. Army” --eso sí, todos ellos “chicanos”, negros y mestizos-- para experimentar en humanos los efectos de la radiación nuclear a diferentes distancias. Aunque ellos no lo sabían. Y ahí sí que se ve gente quemada, carbonizada y gasificada con el sólo vestigio de sus correajes y sus armas.
Alguien pudiera pensar que aprovecho que el Pisuerga pasa por Valladolid, o el Guadalope por Alcañiz, para hacerle un brindis al sol. Nada de eso. Barak Obama, que ya ha decidido la culpabilidad de Bashar al-Assad y Siria por usar armas de destrucción masiva, como Saddam Hussein en Iraq, pretende que nos alistemos como comparsas antes de que hable la ONU que dirá lo que él quiera. Pero aquí al lado, tres jóvenes alcañizanos se reclutaron para Kosovo. Los tres habían contraido cáncer al licenciarse.
Dos de ellos han muerto. Ojalá fuese sólo casualidad.

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