Bashar
al-Assad ha demostrado ser un criminal y un traidor a la patria pero
tal evidencia no autoriza a los Estados Unidos a soltar una manada de
elefantes contra la cacharrería de Siria. Parece que Obama se
apresta a defender “la cultura de Occidente” arrasando lo
que queda de ella. Ignora que esta cultura nace en Asia para
instalarse en la Creta minóica. Pero a los bárbaros opulentos les
da lo mismo Siria que Asiria, Turquía que Grecia. Por eso tal vez
“El Deseado” presidente negro esta a punto de iniciar la
guerra con que todos sus presidentes USA contribuyen a la Historia.
Si es
verdad que los esbirros de Al-Assad han atacado con armas químicas o
bacteriológicas a la población siria, mientras su angelical esposa
Asma Fawaz al-Akhras, “la Rosa del Desierto”, fundadora y gestora
de tantas ONG's, tomaba partido sorprendentemente por la
contrarrevolución assadí en 2012; también es cierto que los EE.UU
han optado por la torpe estrategia de siempre, combatiendo a los
guerrilleros y “quintacolumnistas”
infiltrados, con medios tan convencionales e indiscriminados como la
artillería, los infantes y la aviación. Igual que en Corea,
Vietnam, Iraq, Afganistán, Libia, la Guerra del Golfo, la cínica
“Operación Restablecer la Esperanza” somalí, de más
que dudosa justificación e incierta víctoria pero que han
garantizado la implantación de empresas inocentes como la Coca-Cola”
y reconstruir y financiar los servicios y los destrozos ocasionados
por la mala cabeza de los sojuzgados.
No soy un
rojo sino solo un tonto útil. Por eso estoy fichado por todas las
policías y no puedo aspirar a ningún reconocimiento. Tampoco lo
apetezco. No detesto siquiera a los estadounidenses, sino a su
política inspirada por el imperialismo británico, desde que, en
1868, el general George Armstrong Custer infectaba con sarampion y
escarlatina las ropas y las armas con que comerciaba con los indios
–no hay fotos de las bacterias-- hasta las pruebas que efectuó en
el desierto de Nevada con personal de la “U.S. Army” --eso
sí, todos ellos “chicanos”, negros y mestizos-- para
experimentar en humanos los efectos de la radiación nuclear a
diferentes distancias. Aunque ellos no lo sabían. Y ahí sí que se
ve gente quemada, carbonizada y gasificada con el sólo vestigio de
sus correajes y sus armas.
Alguien
pudiera pensar que aprovecho que el Pisuerga pasa por Valladolid, o
el Guadalope por Alcañiz, para hacerle un brindis al sol. Nada de
eso. Barak Obama, que ya ha decidido la culpabilidad de Bashar
al-Assad y Siria por usar armas de destrucción masiva, como Saddam
Hussein en Iraq, pretende que nos alistemos como comparsas antes de
que hable la ONU que dirá lo que él quiera. Pero aquí al lado,
tres jóvenes alcañizanos se reclutaron para Kosovo. Los tres habían
contraido cáncer al licenciarse.
Dos de
ellos han muerto. Ojalá fuese sólo casualidad.
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