Le
es igual la derecha, la izquierda o el centro siempre que tenga
ocasión de dar un titular. Y a fe que tuvo motivos a lo largo de su
vida, pero ahora no es un “boss” solista
y tiene que tocar de acuerdo con la orquesta. Es que Ruiz Gallardón
no puede vivir sin el fulgor de los “flashes”
y busca pretextos para nimbarse con el resplandor de los focos. Está
aquejado por lo que los psiquiatras denominan “furor de
candilejas” como las “prima
donnas”. El expresidente y
exalcalde de Madrid piensa, como Cela, que lo mejor es que hablen de
uno, aunque sea bien.
Esa
compulsiva preferencia a estar “antes muerta que
sencilla” de los
politico-adictos y la duplicidad de últimas instancias como el
Supremo y el Constitucional --que consagran la vocación maniquéa
de este Estado dificilmente gobernable--, posibilitan caprichos,
abusos, trampas, excesos y ocurrencias como la creación de las
nuevas tasas judiciales --abusivas y arbitrarias-- sancionadas por su
Ministerio.
El
señor Rajoy –duro con los débiles y sumiso con los altivos-- esta
pudiendo con nosotros mediante su dieta de enflaquecimiento. Antes de
él sobrevino el paro --todo hay que decirlo--, pero tras él
llegaron las siete plagas de Egipto. Con amigos como él, no hacen
falta el Anticristo ni la amenaza franquista del contubernio
judío-masónico. Estamos ya en ello.
El
conspicuo Registrador compostelano no ve dificultad en hacer entrar a
un contribuyente por el ojo de una aguja: basta con hacerlo
adelgazar. Y así, su jefe se ha puesto a suprimir pagas extras, a
reducir salarios, a congelar sueldos, a subir impuestos que es
tambien una forma de someterse a régimen. Aunque solo ha actuado
sobre los impuestos indirectos, por juzgarlos tal vez más
equitativos. Nadie en este pais, ni los registradores de la
propiedad, alcazan a entender que los tributos, si son justos, no han
de notarse: si para comprar el pan hay que ir sin calzoncillos, no
hablamos ya de una exacción sino de otra cosa. Y aquí, ruboriza
reconocerlo, hay personas que recogen comida de la basura y otras que
no tienen ya ni casa, porque se la ha robado el banco cuando estaba a
medio pagar, mientras los chicos mas preparados se exilian.
Menos
mal que el Gobierno de Rajoy ha decidido evitar la tentación de los
litigios judiciales instando a Gallardon a subir la tasas hasta que
sean prohibitivas. Aunque para compensar no demanda los capitales
evadidos, ni exige la devolución de lo robado, ni acomete la reforma
administrativa porque las comunidades autonomas están gobernadas por
su partido. Nos ha dejado sin Sanidad, ahora sin Justicia y con más
familias en paro.
”Un
gitano enseñaba a su burro a no comer... ... y cuando ya estaba
consiguiéndolo… “
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