Esto
de condecorarse a sí mismo, me parece más obsceno que la moral de
Juan Palomo, porque él se lo guisaba todo a su gusto para gozarlo a
su sabor, en tanto que otorgarse un premio a sí propio en público,
es reconocer un merito y ponerse como ejemplo de los demás. Es lo
que va desde la humilde inmanencia a la soberbia trascendente.
Vimos
a Isaac Rabín y Yaser Arafat exaltados al Príncipe de Asturias
como
artífices de la Concordia, para crear un cauce de cooperación entre
Israel y Palestina. La dialéctica no sirvió sino para encumbrir
embustes. Pero, cuando menos, el propósito era plausible y no parece
que fueran ellos quienes patrocinaran la iniciativa. Lo indignante
ocurrió años antes cuando le otorgaran el Nobel de la Paz a Henry
Kissinger.
Inspirador
de un “anticomunismo” radical y maniquéo que acusaba de
revolucionarios a los desheredados famélicos, el “Doctor K”
escapó a la Interpol que en 2002 instó su detención a las
autoridades británicas, del mismo modo que evitó la acción penal
de Dinamarca, Francia, Belgica, Argentina y Chile, no solo por el
caso Pinochet sino por otros crímenes contra la humanidad, tal que
el alargamiento del criminal conflicto de Vietnam despues de haber
hecho fracasar las conversaciones de Paz de Paris de 1968, y de
sabotear la creación de un Tribunal Internacional de Crímenes de
Guerra, o haber decidido
los bombardeos de Camboya y Laos
en 1969
que provocaron respectivamente seiscientas mil y trescientas
cincuenta mil victimas; a más de haber alentado el golpe de estado
“anticomunista”
del general Yahya Khan en Bangladesh que supuso el asesinato de
quinientas mil personas el año 1971, y de auspiciar la carnicería
de Timor Oriental en que el Ejercito Indonesio aniquiló a doscientos
mil campesinos en 1975.
Con
estos y otros antecedentes, no creo que el Nobel de la Paz sea un
timbre de gloria ni motivo de orgullo para los propios europeos.
Europa no es un espacio de libertad, sino rompeolas para la miseria
subsahariana. No es una democracia sino un fraude que recurre a la
designacion directa de los cargos; no es un foro de debate en
libertad porque solo tres estados se reparten el lucro de los
restantes, y no han conciliado los intereses de las naciones del
Continente, a las que Alemania ha arruinado como otras veces en 1914
y 1940, aunque esta vez sin caer en la ordinariez impopular del
derramamiento de sangre.
Esa
apelación maloliente a la solidaridad europea; ese tinglado de
abyecta ingeniería financiera que esta provocando la ruina de los
europeos hasta el límite del hambre, la desesperación y el
suicidio; esa “Blitz-Krieg” sin “stukas” capaz
de excluir a la Hélade de Europa, no puede ser motivo de orgullo ni
para los suecos. Que se guarden su premio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario