En esta hora de descrédito y menguada fantasía, es significativo
que el cometa en que se ha posado el módulo europeo, no tenga mas
que una referencia numérica en lugar de un nombre evocador y
poético. A la Agencia Europea le ha sucedido como a los neoyoquinos
al sacrificar una gran avenida de Colón, de América, o del Futuro,
por una Quinta Avenida.
Pero
esa omisión es “peccata minuta” si se consideran “la
cantidad de cosas que podían haber salido mal” como
exclamó Martin Kessler, jefe de Ciencia de la Agancia Europea del
Espacio desde su despacho madrileño de Villanueva de la Cañada,
cuando la sonda “Philae” alcanzó el cometa
“67P/Churyumov-Gerasimenko”, siete horas despues de
desprenderse de la nave “Rosetta” en la última misión de
la Agancia Europea de Espacio (ESA) para posarse en la zona de
“Agilkia”, un punto del
pequeño islote de tierra, firme pero vacilante, de algo más de
cuatro kilometros cuadrados de superficie, a 510 millones de
kilómetros de la Tierra.
Imagino
que si volando con un biplano Bükker se ven tan pequeñas las cosas
de aquí abajo, cómo deben verse, desde la sibilante estela del
cometa “67P”, la figura de Pujol/Pantocrator, las cautelas de
Rajoy, las argucias de Mas, las apetencias del obeso Ogro Bizco, la
tentación de separarse y no hacerlo de Pedro Sánchez y Susana Díaz,
y la estrategia de los enanos y corifeos puestos de puntillas para
salir en la foto.
El
caso es que nos sobra tanto trecho de globalización como espacio nos
falta de universalidad. El desconcierto de la calle ante la ausencia
de pensadores, demanda un asidero cuando menos, para orientarnos en
el urgente comercio de la res-pública. Y ahí afloran los
experimentadores, los visionarios, los ocurrentes, los ideólogos,
los oportunistas, los santos y los demagogos, sin que el común de
las gentes acierte a discernir entre lo desechable y lo valioso. Eso
explica el sobresalto y la aprensión suscitados por los dos Pablos
--Echenique e Iglesias-- evocadores del “Lénin español”
aún antes de que atiendan sus razones y a pesar del lema de
“Podemos” que convoca a la esperanza.
Pero
el mundo se calienta, las diatoméas pierden oxígeno, el ébola
progresa, aparece una diarrea porcina que amenaza con la hambruna,
peces abisales de las zonas cálidas del Pacífico y el Índico
--algunos altamente tóxicos y desconocidos para nosotros--, se
esparcen por el Atlántico. En la Cumbre del Clima afirman ahora que
“tomarán medidas” mientras en la Polinesia ya sube el
nivel del mar. “Secaránse los hombres de temor y sobresalto”,
advierte el Apocalipsis al referirse a estos tiempos. Las
astrofísicos hacen por huir del Planeta, aunque sea como polizones
de un cometa. Y nosotros, como los aterrados apestados del primer
milenio, rezamos para poder asirnos a los zapatos de Dios.
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