VIEJA EUROPA INÚTIL
Las costas
del Mediterráneo --que constituyen la Europa inicial, con Grecia,
Albania, Italia, Francia y España-- estan asistiendo al
homicidio si no al asesinato, de miles de semejantes de piel oscura
que escapan de Africa en parte por la egoísta explotación de sus
recursos naturales, como hasta el siglo XIX lo fue por la mano de
obra esclava.
Da sonrojo
reconocerlo. Pero es verdad aunque nos pese. Y aunque la mayor parte
del expolio lo protagonicen los gélidos pueblos septentrionales que
no han sabido ser Europa tal vez porque nunca se calentaron con el
mismo sol que Homero, Pericles, Augusto y Virgilio, en el sur no
somos tampoco ajenos a la sangre con que se compraron muchas veces
las grandes fortunas, el encumbramiento y ciertos títulos
nobiliarios.
Siempre los
pobres llevan la peor parte. Y ahora huyen de las tierras fértiles
empujados por el hambre, como harán pronto los brasileños, los
colombianos y los venezolanos, que después de las talas salvajes de
sus bosques por las compañías madereras han sido maldecidos por la
“suerte”, haciendo que aflore el petróleo en plena selva, para
que Exxon, Petrobras, Shell, Cepsa, BP, Ecopetrol o Total lo
exploten.
Los
desheredados se van de su tierra sin mas herencia que el “ébola”
y los nórdicos ven extenderse la epidemia y exigen a los
meridionales que no dejen llegar más negros de Africa, porque les
niegan apoyo, recursos y estrategias con que afrontar la situación.
La mezquindad y la hipocresía de los opulentos es incapaz de asumir
con una pizca de gallardía que hay que dar la cara a los problemas
que hemos incubado. Un año después de que 366 emigrantes se
ahogaran en Lampedusa, ha sucedido lo que “no podía ocurrir
nunca mas”. Esta vez no
ha sido un carguero sino cuatro balsas neumáticas con cien ocupantes
a bordo cada una, las que han desaparecido bajo el mar, aunque se
teme que haya un centenar más de bajas, porque los patrones
abandonaron su mercancía a la mala mar.
La
operación “Mare Nostrum” que un año antes puso en marcha
la Armada italiana, supuso un costo de 9 millones, el rescate de
150.000 emigrantes y la detención de 330 patrones. La Unión Europea
que la ha relevado, ha invertido menos de 3 millones en la “Operacion
Tritón”. Pero su actitud es distinta: antes se proponían
el salvamento, ahora simplemente que no lleguen a la costa de lo que
llaman Europa. ¿Qué clase de Unión Europea es esta? ¿Para qué
sirve? ¿Quién elige esta política?
Esta vez se
han salvado 79 naufragos, han muerto una cantidad que oscila entre
300 y 500, y fallecieron 29 por hipotermia tras llegar a bordo.
Otra vez la
codicia, la soberbia, la basura y las mafias. Otra vez la infamia, la
injusticia, la crueldad y la muerte. “Antes parecían no
entender; ahora hacen como que no ven”,-- ha dicho Giusi
Nicolini.
Darío Vidal
17 / 02 /
2015
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