lunes, 29 de junio de 2015


VIEJA EUROPA INÚTIL

Las costas del Mediterráneo --que constituyen la Europa inicial, con Grecia, Albania, Italia, Francia y España-- estan asistiendo al homicidio si no al asesinato, de miles de semejantes de piel oscura que escapan de Africa en parte por la egoísta explotación de sus recursos naturales, como hasta el siglo XIX lo fue por la mano de obra esclava.
Da sonrojo reconocerlo. Pero es verdad aunque nos pese. Y aunque la mayor parte del expolio lo protagonicen los gélidos pueblos septentrionales que no han sabido ser Europa tal vez porque nunca se calentaron con el mismo sol que Homero, Pericles, Augusto y Virgilio, en el sur no somos tampoco ajenos a la sangre con que se compraron muchas veces las grandes fortunas, el encumbramiento y ciertos títulos nobiliarios.
Siempre los pobres llevan la peor parte. Y ahora huyen de las tierras fértiles empujados por el hambre, como harán pronto los brasileños, los colombianos y los venezolanos, que después de las talas salvajes de sus bosques por las compañías madereras han sido maldecidos por la “suerte”, haciendo que aflore el petróleo en plena selva, para que Exxon, Petrobras, Shell, Cepsa, BP, Ecopetrol o Total lo exploten.
Los desheredados se van de su tierra sin mas herencia que el “ébola” y los nórdicos ven extenderse la epidemia y exigen a los meridionales que no dejen llegar más negros de Africa, porque les niegan apoyo, recursos y estrategias con que afrontar la situación. La mezquindad y la hipocresía de los opulentos es incapaz de asumir con una pizca de gallardía que hay que dar la cara a los problemas que hemos incubado. Un año después de que 366 emigrantes se ahogaran en Lampedusa, ha sucedido lo que “no podía ocurrir nunca mas”. Esta vez no ha sido un carguero sino cuatro balsas neumáticas con cien ocupantes a bordo cada una, las que han desaparecido bajo el mar, aunque se teme que haya un centenar más de bajas, porque los patrones abandonaron su mercancía a la mala mar.
La operación “Mare Nostrum” que un año antes puso en marcha la Armada italiana, supuso un costo de 9 millones, el rescate de 150.000 emigrantes y la detención de 330 patrones. La Unión Europea que la ha relevado, ha invertido menos de 3 millones en la “Operacion Tritón”. Pero su actitud es distinta: antes se proponían el salvamento, ahora simplemente que no lleguen a la costa de lo que llaman Europa. ¿Qué clase de Unión Europea es esta? ¿Para qué sirve? ¿Quién elige esta política?
Esta vez se han salvado 79 naufragos, han muerto una cantidad que oscila entre 300 y 500, y fallecieron 29 por hipotermia tras llegar a bordo.
Otra vez la codicia, la soberbia, la basura y las mafias. Otra vez la infamia, la injusticia, la crueldad y la muerte. “Antes parecían no entender; ahora hacen como que no ven”,-- ha dicho Giusi Nicolini.
Darío Vidal
17 / 02 / 2015

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